Es una bajeza inexcusable que Europa exporte cada año millones de toneladas de residuos a países en desarrollo. Sin embargo, se calcula que un tercio de estos envíos son ilegales. Las organizaciones criminales obtienen ganancias millonarias a expensas del medio ambiente. Pero la Unión Europea está tomando medidas para abordar este problema.
Limitando las exportaciones y fomentando el reciclaje
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Una nueva directiva de la UE, que entró en vigor el 20 de mayo, establece normas más estrictas para la exportación de residuos fuera de la Unión Europea. El objetivo es favorecer el reciclaje dentro de los Estados miembros y reducir el tráfico ilegal. Esta legislación busca proteger el medio ambiente y garantizar que los residuos se gestionen de manera responsable. Aún así sigue siendo muy poco.
El caso de los “residuos italianos” en Túnez
En 2020 cerca de 300 contenedores llenos de residuos llegaron Túnez. La sociedad civil desempeñó un papel crucial para lograr la devolución de gran parte de estos residuos a Italia. Houssem, un activista medioambiental tunecino, fue uno de los denunciantes de la red “Tunisie Verte”. Según él, esta red, conocida como “ecomafia”, involucra a empresas, políticos y otros actores.
El desafío de las zonas grises
A pesar de las regulaciones, aún existen zonas grises en la gestión de residuos. Las aduanas italianas recientemente incautaron otras 82 toneladas de residuos que se dirigían a Túnez. El ex diputado y activista tunecino, Majdi Karbai, advierte que algunos puertos, como el de Bizerte, se han convertido en centros para importar y exportar residuos ilegalmente.
Es fundamental seguir concienciando sobre la importancia de una gestión responsable y sostenible de los residuos para proteger nuestro planeta, sobre todo dejar de producir en exceso y reutilizar lo que ya está fabricado.