La demencia está en aumento en Botsuana, impulsada por el envejecimiento de la población.
Muchas personas temen ser acusadas de brujería debido a los síntomas. En comunidades rurales, los familiares abandonan a los enfermos o los encierran por miedo al estigma.
La urgente necesidad de educación y apoyo
Kago Paledi, de la Fundación Pelonomi, trabaja para educar a las comunidades sobre la demencia y alzhéimer. La falta de conocimiento alimenta la discriminación y el maltrato.
La doctora Lingani Mbakile-Mahlanza advierte que los casos de demencia podrían aumentar un 250% en 2050 en Botsuana. Pide más recursos y políticas públicas para abordar este problema creciente.
Las políticas públicas son la mejor solución
Botsuana carece de clínicas especializadas, centros de memoria y políticas públicas adecuadas para enfrentar el alzhéimer. La falta de recursos y la atención centrada en otras enfermedades, como el VIH, han dejado la demencia en segundo plano.
Los expertos reclaman sobre todo un cambio de mentalidad, estimulado desde el Gobierno, para afrontar los retos que vienen. Esta es la única manera de brindar una atención digna a los pacientes de alzhéimer en Botsuana.
Fuente: El País