La inteligencia artificial (IA) está transformando el mundo, pero también está generando un problema ambiental significativo: la producción de residuos electrónicos. Según un estudio reciente, la IA generativa podría producir hasta 5 millones de toneladas de residuos electrónicos al año para 2030. Este volumen alarmante se debe a la rápida obsolescencia de componentes tecnológicos como tarjetas gráficas, procesadores y memorias, que suelen tener una vida útil de solo dos años en ambientes de alta demanda de procesamiento.
Impacto ambiental y en la salud
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Estos residuos contienen materiales peligrosos como mercurio y cadmio, que pueden contaminar ríos y océanos, especialmente en regiones de Asia y África donde el reciclaje informal es común. La falta de protocolos adecuados para el reciclaje seguro agrava el problema, afectando tanto al medio ambiente como a la salud humana.
Estrategias de diseño sostenible
Para mitigar este problema, los expertos recomiendan implementar estrategias de diseño que prioricen la durabilidad y el reciclaje de los componentes de IA. Al extender la vida útil de estos componentes hasta cinco años, se facilitaría su reutilización o reciclaje, aumentando el volumen de residuos electrónicos reciclables hasta un 86%. Además, la responsabilidad corporativa juega un papel crucial en la creación y gestión de sistemas de IA sostenibles.
Y ahí entraríamos en el tema de la obsolescencia programada, el esquema de fabricación actual especializado en realizar artículos de calidad cuestionable y que están listos para ‘fallar’ en dos o tres años obligando a los usuarios a invertir en nuevos productos. Esto conlleva aumento de las inversiones personales y familiares, presión económica sobre las personas, y naturalmente un gran e innecesario aumento de los residuos generados.
Economía circular y un cambio de paradigma en la fabricación
La aplicación de principios de economía circular, que amplían la vida útil de la infraestructura existente y reutilizan módulos y materiales clave, podría reducir significativamente la generación de residuos electrónicos. Estas prácticas no solo ayudarían a disminuir la contaminación, sino que también fomentarían un enfoque más sostenible en el desarrollo tecnológico.
Otro análisis a realizar se centraría en comenzar el proyecto de fabricación en la base de una mayor durabilidad, transformando el modelo de negocio hacia la utilidad y servicio en lugar de hacia la rentabilidad por compras reincidentes.
En conclusión
El avance de la IA es innegable, pero debe ir acompañado de un compromiso con la sostenibilidad para evitar un costo ambiental y de salud aún mayor. La implementación nuevas estrategias de diseño y fabricación sostenible, y la adopción de la economía circular son pasos esenciales para enfrentar este desafío y proteger nuestro planeta para las futuras generaciones.