Hace diez años, en julio de 2014, el Parlamento de Andalucía aprobó la Ley 2/2014. La Ley Trans andaluza fue pionera en el Estado español al despatologizar la transexualidad; y establecer la libre autodeterminación de género como un derecho fundamental. Mar Cambrollé, presidenta de la Asociación de Transexuales de Andalucía (ATA), destaca que esta norma ha sido “faro y guía para todas las aprobadas después”. La regla andaluza se inspiró en la legislación argentina de 2010. Su impacto ha sido fundamental para cambiar la percepción social hacia las personas trans.
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El papel del consenso político en la aprobación de la Ley Trans andaluza
La aprobación de la ley no hubiera sido posible sin un amplio consenso político. Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Izquierda Unida (IU) y Partido Popular (PP) participaron activamente en su creación y aprobación. Soledad Pérez (PSOE) y Alba Doblas (IU) negociaron los aspectos clave. Gracias a su gestión, Esperanza Oña (PP) se sumó al consenso. Pérez resalta que “tuvimos la suerte de no negociar con el PP, sino con Oña”. De esta manera consiguieron que el PP votara a favor para evitar recursos al Tribunal Constitucional desde Madrid. Esta unanimidad política ha sido crucial para blindar la ley contra intentos de retroceso.
Impacto social y regresión reciente
La ley ha contribuido significativamente a mejorar la dignidad y el reconocimiento social de las personas trans. Raúl Solís, autor de La batalla trans, destaca que las personas trans “ya no son vistas o no tanto como antes como una aberración” . Sin embargo, el contexto político ha cambiado. El PP de Isabel Díaz Ayuso ha derogado parcialmente la ley trans de Madrid. Dicha acción ha provocado un retroceso en los derechos ganados.
Retos actuales y futuro
A pesar de los avances, las personas trans aún enfrentan discriminación significativa, especialmente en el ámbito laboral. Un estudio del Ministerio de Igualdad en 2022 reveló que la tasa de paro entre las personas trans es del 46,5%, y el 68,2% ha experimentado discriminación laboral. Solís aboga por un cupo laboral trans del 1% para integrar plenamente a las personas trans en la sociedad.
Mar Cambrollé subraya la necesidad de una asignatura obligatoria que eduque en el respeto a la igualdad de género y la diversidad sexual para frenar la violencia y discriminación contra las personas trans .
La Ley 2/2014 de Andalucía ha sido un hito en la lucha por los derechos de las personas trans, marcando un antes y un después en su reconocimiento y dignidad. Sin embargo, el contexto actual demanda esfuerzos continuos para mantener y expandir estos derechos, enfrentando los desafíos de discriminación y regresión política.
*Con datos de Público