En España, mientras los milmillonarios ven crecer su riqueza un 20%, la precariedad de los pobres aumenta
Fatima Makhoukh 
Archivo EUROPA PRESS/ELSOLIDARIO.Amancio Ortega y su hija Sandra, Rafael del Pino, Juan Roig, Isak Andik y Juan Carlos Escotet, los más ricos de España según Forbes.
En 2024, la riqueza conjunta de los 30 milmillonarios españoles superó los 185.000 millones de euros, con un aumento del 20% en comparación con el año anterior. A nivel global, la fortuna de los milmillonarios creció en 1,94 billones de euros. Mientras tanto, el número de personas en situación de pobreza aumenta y sigue siendo alarmante, según el informe de Oxfam Intermón ‘El saqueo continúa’, presentado durante el Foro Económico Mundial de Davos.
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Más millonarios en España
Aunque algunos consideran que este aumento en la riqueza es un signo de prosperidad, Oxfam resalta que el 36% de la fortuna mundial de los milmillonarios proviene de herencias, lo que revela el sistema económico heredado que perpetúa la desigualdad. En España, el 31% de la riqueza de los más ricos tiene el mismo origen. Esto significa que la brecha entre los superricos y los más pobres no solo sigue creciendo, sino que parece estar cimentada en un sistema que favorece la acumulación de riqueza en unas pocas manos.
La brecha entre los ricos y los pobres se amplía
En 2024, el número de milmillonarios aumentó en 204, un promedio de casi cuatro nuevos cada semana. La riqueza total de los 2.769 milmillonarios globales creció de 12,6 a 14,6 billones de euros, el segundo mayor incremento anual registrado. Este fenómeno destaca en medio de la persistente desigualdad, como señala el informe de Oxfam Intermón, que denuncia la concentración de riqueza en un pequeño grupo, mientras la pobreza sigue sin cambios significativos desde 1990.
La denuncia es clara: mientras los milmillonarios ven multiplicada su fortuna, miles de personas continúan viviendo en condiciones precarias. En España, la crisis de acceso a la vivienda y los recortes en servicios públicos agravan aún más las desigualdades. Las políticas fiscales regresivas, que no graban adecuadamente a las grandes fortunas, contribuyen a este fenómeno de concentración de riqueza.
La preocupación es cada vez mayor. Oxfam alerta que, con las actuales tendencias, en una década podrían surgir nuevos billonarios, consolidando aún más la dominación económica de una élite global. Este panorama no solo es un desafío económico, sino también un riesgo para la cohesión social y la justicia.
Este informe deja una reflexión urgente: mientras el número de milmillonarios sigue en aumento, el acceso a una vida digna para millones de personas sigue siendo una lucha constante. Es necesario un cambio en las políticas económicas, una reforma fiscal progresiva y una mayor inversión en servicios públicos para garantizar que el bienestar de todos esté por encima de los intereses de unos pocos.
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