
En un reciente incidente, una ambulancia de MSF fue interceptada por fuerzas del orden y grupos parapoliciales en Puerto Príncipe.
La creciente violencia en Haití ha alcanzado niveles alarmantes, afectando gravemente a organizaciones humanitarias como Médicos Sin Fronteras (MSF). En un reciente incidente, una ambulancia de MSF fue interceptada por fuerzas del orden y grupos parapoliciales en Puerto Príncipe. Tras ser obligada a trasladarse a un hospital público, el vehículo fue atacado con gases lacrimógenos y sus neumáticos fueron pinchados.
Dos de los tres pacientes heridos de bala que transportaba fueron ejecutados a corta distancia del hospital. El personal médico fue retenido y agredido durante más de cuatro horas. Este acto de violencia extrema ha llevado a MSF a suspender sus actividades en la capital haitiana, dejando a miles sin acceso a atención médica esencial.
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El ataque ocurrió cuando la ambulancia de MSF, que trasladaba a tres jóvenes heridos de bala, fue detenida por la policía haitiana cerca del hospital de la organización en Drouillard, Puerto Príncipe. Los agentes obligaron al equipo a dirigirse al Hôpital La Paix.
Una vez allí, fuerzas del orden y miembros de un grupo de autodefensa rodearon el vehículo, pincharon sus neumáticos y lanzaron gases lacrimógenos al interior para forzar la salida del personal médico. Los pacientes fueron sacados y, al menos dos de ellos, ejecutados a poca distancia del hospital.
El personal de MSF fue insultado, amenazado de muerte y retenido contra su voluntad durante más de cuatro horas. La ambulancia quedó inutilizada, y el equipo tuvo que retirarse en otro vehículo. Christophe Garnier, coordinador general de MSF en Haití, calificó el acto como una «espantosa muestra de violencia» que pone en duda la capacidad de la organización para seguir prestando asistencia esencial a la población haitiana.
Este no es un incidente aislado. En otro caso, una ambulancia de MSF fue detenida durante más de una hora, resultando en la muerte de un paciente crítico. La organización ha denunciado repetidamente la creciente violencia y las amenazas, incluso por parte de las fuerzas policiales, que han obligado a suspender actividades en el área metropolitana de Puerto Príncipe.
La ejecución de pacientes heridos y el ataque al personal médico de Médicos Sin Fronteras en Haití representan una grave violación del derecho internacional humanitario. Estos actos no solo ponen en riesgo la vida de quienes necesitan atención médica urgente, sino que también socavan la labor de las organizaciones humanitarias en contextos de crisis.
Siendo necesario que las autoridades haitianas y la comunidad internacional tomen medidas concretas para garantizar la seguridad de los trabajadores humanitarios y el acceso sin obstáculos a la atención médica. Sin un entorno seguro, la asistencia vital que brindan organizaciones como MSF se vuelve insostenible, dejando a una población vulnerable en una situación aún más precaria.
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