Fausto 
El Solidario. Manifestaciones del Primero de Mayo.
El Día Internacional del Trabajo vuelve a convertirse este 1 de mayo en un grito unificado de la clase trabajadora global frente al avance de la ultraderecha y sus políticas de odio, precariedad y represión. Desde Argentina hasta Francia, pasando por México, Alemania o el Estado español, las calles han sido testigo de movilizaciones obreras, feministas y anticapitalistas que se niegan a ceder terreno ante el retroceso democrático que impulsa la nueva derecha autoritaria.
Convocados por la Red Internacional La Izquierda Diario y organizaciones hermanas, decenas de actos y manifestaciones han puesto el foco en las luchas que comparten millones de personas: salarios de miseria, reformas laborales regresivas, violencia institucional, racismo estructural y ataques sistemáticos a los derechos de las mujeres y disidencias.
MUY INTERESANTE
Frente a este panorama, la unidad internacionalista vuelve a ser no solo una consigna histórica, sino una necesidad urgente para construir un frente común contra los poderes que nos quieren de rodillas.
No se puede ignorar que el crecimiento de la extrema derecha no se entiende sin la complicidad de los partidos tradicionales, tanto conservadores como socialdemócratas, que han cedido al chantaje neoliberal, precarizado el empleo y abandonado a amplias capas de la población trabajadora. Esa desafección es el caldo de cultivo del fascismo, pero también la oportunidad para construir una alternativa de clase, anticapitalista y democrática.
En este contexto, la consigna del 1 de mayo no puede ser solo conmemorativa: debe ser militante. Las luchas por la reducción de la jornada laboral, por el reparto equitativo de la riqueza, por la reversión de privatizaciones y por el fin del extractivismo capitalista, son hoy trincheras fundamentales contra el avance del autoritarismo.
Este Primero de Mayo nos recuerda que el internacionalismo proletario sigue vivo y que, frente al odio que divide, la solidaridad de clase une y transforma. Porque si tocan a una, nos organizamos miles.
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«En este contexto, la consigna del 1 de mayo no puede ser solo conmemorativa: debe ser militante», leo en este este artículo y así es. «Nada que celebrar, mucho que conmemorar y todo por hacer». No hay mejor manera de conmemorar las luchas, las vidas de los que murieron (y siguen mueriendo), por defender los derechos laborales que hoy disfrutamos, que la acción directa.
«Ni un paso atrás», y siempre hacia la conquista de los derechos laborales que merecemos todos los tranajadores y trabajadoras, desde lo local, hasta lo internacional. Mucho trabajo por hacer.
Muy buen enfoque. Gracias!