
Archivo/El Solidario. La automatización, la inteligencia artificial y las energías renovables prometen un futuro donde la escasez de muchos bienes básicos sea cosa del pasado.
La tensión entre la lógica del capitalismo, basada en la acumulación de capital a través de la escasez, y la promesa de una era de abundancia impulsada por las tecnologías del siglo XXI es una de las grandes paradojas de nuestro tiempo.
La revolución tecnológica que estamos viviendo está poniendo al alcance de la Humanidad una capacidad de producción y distribución de bienes y servicios sin precedentes.
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La automatización, la inteligencia artificial y las energías renovables prometen un futuro donde la escasez de muchos bienes básicos sea cosa del pasado. Sin embargo, esta promesa choca frontalmente con los fundamentos del capitalismo, que se basa en la generación de beneficios a través de la escasez.
Ante este escenario, el capitalismo ha desarrollado diversas estrategias para mantener la escasez y garantizar la rentabilidad que se puede resumir en una sola: la escasez artificial.
La hora de la «Revolución Económica»
Aunque está poca extendida esta idea ya que este proceso está comenzando con la fase inicial de esta Revolución Económica (más que industrial) que estamos viviendo
Esa estrategia se está materializando en varias medidas que las élites económicas y sus aliados políticos están implementando. La más conocida probablemente sea el Capitalismo de plataformas.
Este modelo de negocio se basa en la gestión de plataformas digitales que conectan a productores y consumidores, pero sin poseer los medios de producción.
La generación de beneficios se obtiene a través de comisiones y el control de datos, lo que permite a las empresas tecnológicas capturar una gran parte del valor generado.
Ante las posibilidades de acceso gratuito a bienes de consumo que antes eran mucho más escasos y menos accesibles como la música, el cine, las series, el entretenimiento y espectáculo, la cultura y los libros, el sistema capitalista ha ido creando modelos de negocios que a un precio muy inferior al que se pagaba antes da acceso a una cantidad casi infinita de contenidos de ocio y culturales.
Frente al modelo de negocio de la venta de discos musicales, hoy Spotify te facilita la que desees a cambio de una pequeña suscripción mensual. Netflix y plataformas similares reproducen el modelo para cine y series.
Frente a la compra de libros, hoy pueden obtenerse miles de ebook a precios muy bajos o por suscripción. La necesidad de la formación supuso y todavía supone la oferta de muchas empresas que cobran por estos servicios y que ahora saben que su modelo de negocio ha cambiado porque Internet y la IA ponen al servicio del público millones de ofertas formativas.
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