
Ilustración/El Solidario: Soltec reestructura su consejo sin presencia femenina
La ausencia de mujeres en la nueva composición del consejo de administración genera cuestionamientos sobre equidad en el sector energético.
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La empresa española de energía solar Soltec Power Holdings ha anunciado cambios en su consejo de administración, incorporando a cuatro nuevos miembros, entre ellos Marcelino Oreja Arburúa, ex CEO de Enagás.
A pesar de la creciente demanda social y regulatoria de una mayor representación femenina en los órganos de gobierno empresarial, la compañía no ha incluido a ninguna mujer entre los nuevos nombramientos, lo que ha generado críticas por la falta de equidad en un sector históricamente dominado por hombres.
Una renovación cuestionada por la falta de diversidad
La reconfiguración del consejo de Soltec incluye a Oreja Arburúa y otros tres nuevos consejeros: Emilio Ontiveros, experto en economía; José Luis Ayllón, con experiencia en relaciones institucionales; y José Miguel Fidalgo, especialista en finanzas.
Si bien estos perfiles destacan por su experiencia y trayectoria, la ausencia de mujeres en estos puestos contrasta con los objetivos de diversidad e inclusión que organismos internacionales y la sociedad civil han impulsado como esenciales para el desarrollo empresarial sostenible.
Diversos estudios han demostrado que la diversidad de género en los consejos directivos no solo contribuye a un mejor desempeño financiero, sino que también fomenta la innovación y mejora la toma de decisiones. Sin embargo, Soltec, a pesar de ser una empresa clave en la transición energética, parece mantenerse al margen de esta tendencia.
¿Es posible avanzar hacia la sostenibilidad sin equidad?
El caso de Soltec pone de manifiesto un debate fundamental, ¿puede hablarse de sostenibilidad en una empresa que promueve la transición energética, pero deja de lado la equidad de género en su liderazgo?
La sostenibilidad no solo incluye cuidar el medio ambiente, sino también promover prácticas empresariales justas y responsables que reflejen los valores de una sociedad inclusiva.
La falta de mujeres en los órganos de decisión no es solo un problema de representatividad; también refleja un sesgo estructural que afecta a toda la industria energética. En un momento en que Europa y el mundo demandan una transición justa, cabe preguntarse:
¿Cómo pueden las empresas liderar el cambio hacia un futuro sostenible si no reflejan la diversidad de la sociedad a la que sirven?
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