
Tomada de El Diario Montañes: Imagen panorámica de parte de la extensa finca de La Remonta, en Santander.
El macroproyecto urbanístico de La Remonta, en Santander, se presenta como un ejemplo de cómo el urbanismo puede transformarse en una cuestión legislativa y social de largo alcance, debido a la anulación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).
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Este desarrollo, concebido hace más de una década, buscaba convertir más de 550.000 metros cuadrados en una zona residencial con miles de viviendas, equipamientos y espacios verdes. Sin embargo, el proyecto quedó paralizado, dejando tras de sí polémicas sobre su viabilidad y el impacto ambiental.
De macroproyecto a legislación
La Remonta no solo representó una de las mayores apuestas urbanísticas de Santander, sino que su estancamiento impulsó la creación de la conocida «Ley de Viviendas de Protección Pública», cuyo objetivo era garantizar que las viviendas de estos desarrollos respondieran a las necesidades reales de la ciudadanía. La normativa buscaba equilibrar el acceso a viviendas asequibles y el respeto al entorno natural, un desafío clave en el urbanismo contemporáneo.
El costo del olvido
El abandono del proyecto, además de frenar el crecimiento esperado de la ciudad, ha dejado sin uso una de las zonas de mayor potencial. Mientras tanto, la ciudadanía sigue reclamando un modelo de desarrollo que priorice la sostenibilidad y la integración social.
¿Debe Santander retomar este proyecto bajo un enfoque más sostenible, o es hora de replantear las prioridades urbanísticas de la ciudad?
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