Los Presupuestos Generales reivindican el ‘arte’ de pactar para avanzar en reformas históricas
Fausto 
Tomado de EFE/El Solidario. Pedro Sánchez busca la aprobación del Presupuesto General del Estado.
El Gobierno de Pedro Sánchez enfrenta el desafío de negociar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) en un contexto político tenso, marcado por la necesidad de acuerdos con partidos clave como Junts, PNV y otras fuerzas del bloque progresista.
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Estas negociaciones no solo aseguran la estabilidad del Ejecutivo, sino que también abren la puerta a reformas trascendentales como la Ley de Amnistía y la posible reducción de la jornada laboral. Sin embargo, el camino hacia estos logros está lleno de equilibrios políticos delicados que reflejan el complejo entramado parlamentario español.
Desde el inicio de su mandato, Sánchez ha demostrado que el diálogo y la negociación son herramientas fundamentales en un Congreso sin mayorías absolutas. Estos pactos, aunque criticados por sectores conservadores y algunos medios, permiten que se materialicen avances históricos en derechos sociales y económicos.
La Ley de Amnistía, por ejemplo, ha generado polémica, pero es vista como un paso clave para desbloquear tensiones territoriales y consolidar un modelo de convivencia. Asimismo, la reducción de la jornada laboral, una demanda histórica de los sindicatos apunta a equilibrar la vida personal y profesional de millones de trabajadores, marcando un nuevo estándar en Europa.
Sin embargo, estos avances tienen un coste político. Las concesiones a partidos nacionalistas como el PNV o Junts son constantemente utilizadas como arma arrojadiza por la derecha, que insiste en el discurso de una «España rota».
Pero lo cierto es que estas alianzas permiten un avance colectivo que sería imposible bajo la lógica del enfrentamiento. La política es, en esencia, el arte de construir consensos, y Sánchez está demostrando que el progreso es posible incluso en escenarios de alta fragmentación parlamentaria.
El verdadero reto no está solo en aprobar los PGE, sino en mantener el rumbo hacia una España más justa, inclusiva y sostenible. ¿Estamos dispuestos como sociedad a valorar los pactos que garantizan derechos y oportunidades o seguiremos viendo la negociación como una debilidad?
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