
Archivo/El Solidario. Liberalizar ayuda a la producción de energías limpias y renovables.
Solo pronunciar o escribir la palabra liberalizar nos traslada al universo de las políticas neoliberales que han castigado a las mayorías sociales de todo el Planeta y que han sido y todavía son defendidas por las élites económicas y mediáticas y por referentes políticos de la derecha.
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Pero no hay nada más cómodo que asociar conceptos y por tanto analizar los detalles puede llevarnos a encontrar caminos más difíciles de transitar, pero más científicos y veraces.
No todas las liberalizaciones se corresponden con los intereses de las élites económicas del Mundo. No todas son de derechas. Liberalizar la libre circulación de trabajadores, es decir permitir que las inmensas masas de personas africanas y del Sur Global quieran acceder a los mercados laborales de los países más desarrollados es una medida, no digo que conveniente, es una medida liberalizadora.
Permitir que las empresas químicas fabricantes de medicamentos puedan ejercer su producción sin más limitación que la propia innovación, y sin las enormes cortapisas de un sistema antiliberal e injusto como es el de las rígidas patentes que protegen al oligopolio de unas pocas multinacionales farmacéuticas, es también una medida justa, necesaria y liberalizadora de la economía.
Poner al servicio de los pequeños productores de café, cacao del Sur Global un acceso al mercado en igualdad de condiciones frente a las multinacionales que controlan el mercado también lo es.
Liberalizar: fomento para las energías renovables
Romper con el super intervenido mercado eléctrico de la UE para que la producción de electricidad se liberalice y por tanto las fuentes más baratas (que son las renovables) sean las que se impongan sobre las más caras (la nuclear y las procedentes de combustibles fósiles).
De esta manera se evita que los estados sigan subsidiando esas energías sucias, que es también una medida liberal que nunca el escucharemos a los defensores teóricos del liberalismo defender.
Probablemente porque más que la defensa legítima de un sistema económico como el liberalismo, lo que se persigue por los think tank que dicen defender este sistema no es más que una defensa de las élites globalistas que más que defensoras del libre mercado son defensoras de sus intereses y del oligopolio establecido en el statu quo.
En este sentido, liberalizar el mercado de la energía y aplicar medidas para fomentar la libre competencia en el sector de las renovables y el almacenamiento, permite que las empresas y productos más competitivos puedan desarrollar libremente su trabajo en todo el mundo, sin aranceles y regulaciones que entorpecen su libre desarrollo.
Esta puede ser una de las mejores medidas para posibilitar que la transición energética se acelere y la tecnología permita que logremos acercarnos a un socialización más amplia de los medios de producción energética (baterías, minieólica, fotovoltaica, etc).
Liberalizar fomenta la competencia y ésta impulsa el desarrollo tecnológico. A su vez, este desarrollo nos acerca a la producción de coste marginal cero o casi cero, y, además, este modelo nos acerca a la socialización de los medios de producción y de los bienes y servicios a precios más bajos o casi gratuitos.
Claro que no creemos que toda la economía deba responder a la libertad de mercados, ni que se procure una ampliación de los márgenes de actuación de la mano invisible. Defendemos la necesaria y profunda intervención del Estado en la economía. Sin embargo, cuando las políticas liberalizadoras tienen efectos que benefician a las mayorías, éstas se ignoran o se niegan.
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