
A este ritmo de destrucción, Gaza será inhabitable para las próximas generaciones. Archivo: El Solidario
Desde octubre de 2023, Gaza ha sido escenario de una guerra brutal. El conflicto ha generado más de 38 mil muertos y casi 87 mil heridos, de acuerdo con el Ministerio de Salud de Gaza. Según Greenpeace, este enfrentamiento no solo ha devastado a la población, sino también al medio ambiente. Gaza presenta un panorama desolador que amenaza la habitabilidad de la región para las próximas generaciones.
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Impacto ambiental devastador
La guerra ha generado un impacto ambiental catastrófico. Las emisiones de carbono, principalmente derivadas de bombardeos aéreos y la invasión terrestre, se estiman en 536,410 toneladas en solo 120 días. Esta cifra es superior a la huella de carbono anual de muchos países vulnerables al cambio climático. Además, la contaminación por metales pesados y el uso de fósforo blanco han deteriorado la calidad del aire y del suelo. Este impacto afecta gravemente la productividad agrícola y la salud pública.
Recursos hídricos en crisis
Los recursos hídricos en Gaza se encuentran en una situación crítica. Alrededor de 60,000 metros cúbicos de aguas residuales sin tratar se vierten diariamente en el mar Mediterráneo. La disponibilidad de agua potable ha disminuido drásticamente. La población accede solo a entre dos y ocho litros por persona al día. Esta es una cifra muy por debajo de los 20 litros mínimos recomendados para mantener la salud y la higiene.
Agricultura y seguridad alimentaria
La agricultura, columna vertebral de la economía de Gaza, ha sido devastada. La destrucción de tierras agrícolas, agravada por un bloqueo de 17 años, ha llevado a una grave inseguridad alimentaria. El 57% de las tierras de cultivo han sido dañadas y el 70% de la flota pesquera destruida, según la ONU . La contaminación de los suelos con metales pesados y otros residuos bélicos hace que la recuperación sea aún más difícil.
Consecuencias para la salud pública
La guerra ha colapsado la infraestructura de salud pública en Gaza. Los sistemas de alcantarillado y tratamiento de aguas residuales están desbordados. Esa situación aumenta el riesgo de enfermedades como infecciones cutáneas, hepatitis A y diarrea. La falta de suministros médicos y la destrucción de hospitales han dejado a millones de personas sin acceso a atención médica adecuada.
Proyecciones climáticas desalentadoras
El cambio climático exacerba aún más la situación. Gaza, ya vulnerable a las condiciones climáticas extremas, enfrenta proyecciones de aumento de temperatura de hasta 4°C para finales de siglo. Esto ocasionará un incremento de las olas de calor, sequías y la irregularidad de las precipitaciones.
Necesidad de acción inmediata
Para enfrentar esta crisis, se requieren medidas urgentes y una planificación a largo plazo. Organizaciones como Greenpeace demandan un alto el fuego inmediato, el fin del bloqueo y apoyo internacional para la reconstrucción sostenible de Gaza. Además, se necesita responsabilizar a Israel por los daños ambientales conforme al derecho internacional.