A pesar de contar con algunas de las mejores futbolistas del mundo, como Aitana Bonmatí y Alexia Putellas, la liga femenina española sigue teniendo condiciones laborales desajustadas, muy por debajo de lo que debería corresponder a un deporte de élite. El reciente convenio colectivo firmado entre la Liga Femenina (primera división española) y los sindicatos FutPro, Futbolistas ON y Comisiones Obreras ha sido presentado como un avance en los derechos laborales de las futbolistas profesionales en España. Sin embargo, al analizar detenidamente sus términos, surgen preocupaciones sobre si estas «mejoras» son realmente suficientes para garantizar condiciones laborales dignas para las jugadoras.
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La brecha persiste en el fútbol femenino
El convenio establece un salario mínimo 21.000 euros anuales para la temporada 2023/24, 22.500 euros para la temporada actual, incrementándose a 23.500 euros en la siguiente. Aunque esto representa un aumento respecto a acuerdos anteriores, sigue siendo una cifra modesta en comparación con los salarios en el fútbol masculino y otras ligas femeninas europeas.
En 2026, las futbolistas tendrán un salario de 1.331 euros al mes en 14 pagas, apenas por encima del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Los sindicatos pedían 30.000 euros anuales, pero el acuerdo quedó muy por debajo de esa cifra.
Además, se incluyen beneficios como la provisión de botas para aquellas jugadoras que no cuentan con patrocinio, la obligación de los clubes de habilitar guarderías y salas de lactancia, y la renovación automática del contrato por un año para jugadoras embarazadas que lo soliciten.
No obstante, estas medidas, aunque positivas, parecen insuficientes para abordar las profundas desigualdades que persisten en el fútbol femenino. La provisión de equipamiento básico como botas debería ser una norma establecida, no una concesión destacada. Asimismo, el salario mínimo propuesto apenas supera los 1.800 euros mensuales, una cantidad que difícilmente compensa el nivel de dedicación y profesionalismo que se espera de las deportistas de élite.
AFE y UGT rechazan un convenio sin avances clave»
Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) y UGT rechazaron firmarlo por falta de avances, como el sistema de compensación y la extensión de beneficios a jugadoras del filial. Esta falta de consenso evidencia que aún existen divisiones significativas en la representación de las futbolistas y que las soluciones propuestas no satisfacen a todas las partes involucradas.
La maternidad
El nuevo convenio establece medidas para apoyar a las futbolistas embarazadas, como la creación de escuelas infantiles y salas de lactancia, y la renovación automática de contrato por un año. Además, los clubes deberán contar con personal especializado para cuidar el bienestar físico y mental de las jugadoras durante el embarazo y posparto.
Acoso laboral
Para garantizar la protección de las mujeres ante posibles casos de acoso laboral, sexual, físico o de cualquier otra índole, el nuevo protocolo de acoso establece medidas fundamentales. Entre ellas, se incluye la asistencia psicológica para las afectadas, un comité de investigación externo al club de la futbolista, y plazos de resolución más cortos para asegurar una respuesta rápida y eficaz ante cualquier denuncia.
Aunque el convenio introduce avances en áreas como la conciliación y la protección de la maternidad, es imperativo reconocer que estos pasos son solo el comienzo de un largo camino hacia la equidad en el deporte. Las instituciones deportivas y los sindicatos deben continuar trabajando juntos para garantizar que las futbolistas reciban un trato y una remuneración acordes con su talento y esfuerzo, eliminando las disparidades de género que aún persisten en el fútbol profesional.
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