La economía española ha cerrado 2024 con un notable crecimiento del 3,2%, superando las expectativas iniciales y consolidándose como líder en la zona euro, según el avance de contabilidad trimestral publicado este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Este avance se debe principalmente al dinamismo del consumo privado, que aumentó un 1%, y a una significativa recuperación de la inversión, que creció un 2,8% en el último trimestre, marcando el mayor incremento en los últimos tres años.
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Este desempeño económico destaca en el contexto europeo, donde España ha superado ampliamente la media de crecimiento. El Producto Interior Bruto (PIB) mantuvo un crecimiento trimestral del 0,8% en el último trimestre, similar a los dos anteriores, impulsado por la recuperación de la demanda interna, con el consumo de los hogares y el gasto público en aumento. Además, las exportaciones y el turismo han contribuido significativamente.
El turismo y la inmigración, motores del crecimiento económico
El turismo ha sido un pilar fundamental en este crecimiento, alcanzando cifras récord y aportando de manera decisiva al PIB nacional. Asimismo, la llegada de inmigrantes ha jugado un papel clave al compensar la disminución de la población nativa y cubrir vacantes laborales, fortaleciendo el mercado laboral y aportando diversidad cultural.
En el ámbito laboral, la tasa de desempleo ha descendido al 10,61% en el cuarto trimestre, la cifra más baja desde 2008. Este logro refleja la creación de 468.000 empleos netos en el último año, con más del 90% de estos nuevos puestos en el sector servicios, impulsados por el auge del turismo.
Apuesta por un crecimiento sostenible y el pleno empleo
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha subrayado que este crecimiento se ha logrado sin recurrir a burbujas económicas, enfatizando la modernización y diversificación de la economía española. Sánchez ha expresado su optimismo al afirmar que es posible alcanzar el pleno empleo para 2027, gracias a políticas progresistas y a una economía más sostenible y equilibrada.
La economía española ha demostrado una notable resiliencia y capacidad de adaptación, superando desafíos y consolidando un crecimiento sólido y equilibrado. Con un enfoque en la modernización y la inclusión, España se encamina hacia un futuro prometedor, donde el progreso económico y social van de la mano.
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