En 2020, la Curia General de la Compañía de Jesús en Roma ordenó a los jesuitas en Bolivia ocultar el diario del pederasta Lucho Roma. Roma abusó de más de un centenar de niñas indígenas entre 1983 y 2002. Documentó sus crímenes en un diario, incluyendo fotos y vídeos de las víctimas.
Claudio Paul, consejero del superior general de los jesuitas, envió un correo a Ignacio Suñol, máximo cargo de la congregación en el país latinoamericano, con instrucciones claras. Debían reparar a las víctimas, hacer público el nombre de Roma, pero ocultar su diario y la investigación interna.
Investigación ignorada
Los jesuitas bolivianos desobedecieron casi todas las instrucciones. Ocultaron el diario, pero no repararon a las víctimas ni hicieron pública toda la información. El diario, conocido como “Los Manuscritos de Charagua”, detalla los abusos cometidos por Roma.
Gracias a investigaciones periodísticas el caso salió a la luz. El diario español El País publicó artículos en 2023 que revelaron los abusos y el diario de Roma. La publicación llevó a los jesuitas a reconocer los hechos y prometer una comisión para contactar a las víctimas.
Encubrimiento de abusos en Roma
El correo de Claudio Paul es prueba del encubrimiento tanto en Bolivia como en Roma. A pesar de la gravedad de los hechos, no se tomaron acciones contra los responsables de la orden en Bolivia. La Compañía de Jesús se negó a denunciar los abusos a las autoridades civiles bolivianas.
Indignación de las víctimas
La Comunidad Boliviana de Sobrevivientes expresó su indignación ante el encubrimiento sistemático. Edwin Alvarado, secretario de relaciones internacionales de la asociación, acusó a Arturo Sosa, superior general de los jesuitas, de complicidad y silencio vergonzoso. Pidió castigo para los responsables.
Falta de reparación
Hasta la fecha, la Compañía de Jesús no ha reparado a ninguna víctima. A pesar de tener los nombres de 70 víctimas en el diario de Roma, no se ha ofrecido terapia psicológica ni compensación adecuada.
El caso de Lucho Roma es un ejemplo claro de encubrimiento y falta de justicia. Las víctimas y la sociedad boliviana exigen transparencia, reparación y castigo para los responsables. Es crucial que la Compañía de Jesús asuma su responsabilidad institucional y tome acciones concretas.
Fuente: El País