
Imagen de elnacional.com.do : El Solidario. Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump ha intensificado su agenda antiinmigrante.
Donald Trump ha firmado una polémica orden ejecutiva que permite redadas en escuelas, hospitales e iglesias. Estos lugares, que tradicionalmente habían sido considerados refugios seguros, ahora se convierten en el objetivo de una estrategia que ha sido ampliamente criticada por organizaciones de derechos humanos y líderes progresistas.
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Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump ha intensificado su agenda antiinmigrante. Su administración justifica estas acciones como parte de un esfuerzo por reforzar la seguridad nacional, pero los efectos reales son devastadores para miles de familias migrantes. La autorización de redadas en estos espacios genera un clima de miedo y vulnerabilidad, afectando especialmente a mujeres, niños y personas enfermas que buscan amparo en hospitales y centros comunitarios.
Los hospitales, por ejemplo, no solo son lugares de atención médica, sino que representan un pilar esencial para la dignidad humana. Del mismo modo, las iglesias han sido históricamente puntos de apoyo para las comunidades migrantes, brindando no solo consuelo espiritual, sino también asistencia práctica. Ahora, esos espacios están bajo amenaza, y quienes los frecuentan temen ser separados de sus familias o deportados.
Trump refuerza con estas medidas una narrativa de criminalización de los migrantes, alimentando los discursos de la ultraderecha y sus intentos de cerrar fronteras y limitar los derechos humanos. Estas políticas regresivas son un claro retroceso en décadas de avances hacia un trato más humano y justo para los migrantes.
Los líderes progresistas y las organizaciones defensoras de derechos humanos han denunciado enérgicamente estas acciones, calificándolas como un ataque directo a los valores fundamentales de libertad y acogida que alguna vez definieron a Estados Unidos.
El impacto psicológico y social de estas redadas deja cicatrices profundas en las comunidades migrantes. En lugar de buscar soluciones inclusivas, estas políticas promueven la exclusión y el miedo.
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