Los agricultores de plátanos en Canarias están reduciendo su oferta para evitar una caída en los precios.
Ante el riesgo de que los costes de transporte superen las ganancias, optan por desechar parte de su producción. Esto ha generado un debate ético sobre la destrucción de alimentos en un contexto de creciente inseguridad alimentaria.
El impacto de la pica del plátano en la economía
La llamada “pica del plátano” es una medida que busca proteger la rentabilidad de los productores. En 2023, se retiraron del mercado cerca de dos millones de kilos de plátanos para evitar una sobreoferta.
Algunos de estos plátanos no comercializados se destinan a fines benéficos o para alimentación animal. No obstante, las críticas apuntan a la cantidad que se desperdicia y a los altos precios para el consumidor. El plátano de Canarias ronda los 2,5 euros por kilo, mientras que la banana (su mayor competidor) apenas alcanza 1,5 euros.
Según la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (Asprocan), esta estrategia es necesaria para prevenir el endeudamiento de los agricultores.
Competencia desleal y apoyo de la Unión Europea
Los plátanos de Canarias enfrentan competencia desleal por parte de la banana importada. A pesar del apoyo de la Unión Europea a través del programa POSEI, los productores locales luchan por mantener la rentabilidad.
Asprocan ha pedido una actualización de las ayudas para enfrentar mejor esta competencia y garantizar el futuro de las pequeñas explotaciones.
Fuente: Público