En la idílica isla de Rodas, Grecia, lejos del turismo y el descanso, cientos de refugiados, incluidos niños y familias enteras, viven una tragedia en silencio.
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Han llegado huyendo de conflictos y pobreza en sus países de origen, buscando seguridad y una vida digna. Sin embargo, la realidad que encontraron es desgarradora: duermen al raso, sin alimentos, sin agua potable y sin instalaciones básicas de higiene.
Organizaciones humanitarias han levantado la voz ante esta situación de emergencia en Europa, exigiendo que las autoridades griegas tomen medidas inmediatas para proteger a estas personas vulnerables.
La ausencia de una respuesta efectiva no solo profundiza el sufrimiento físico, sino también el emocional de estos refugiados, quienes ven cómo sus hijos, en su etapa más inocente, pasan hambre y frío.
La escena en Rodas revela una crisis migratoria europea que, ante la falta de políticas de acogida, expone a las personas refugiadas a situaciones extremas, despojándose de sus derechos más básicos y de toda esperanza de un futuro mejor.
FUENTES: InfoLibre.es