María Jesús Aguilar, madre de Arturo, debe cargar a su hijo con movilidad reducida por las escaleras de su colegio en Alicante porque el ascensor sigue averiado.
Arturo, de 11 años, asiste al CEIP Voramar, donde el ascensor lleva meses sin funcionar. Cada día, María Jesús lo sube y baja a cuestas varias veces, afectando su autonomía y bienestar.
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La inclusión de niños con necesidades especiales
La falta de accesibilidad afecta no solo a Arturo, sino a otros niños del centro con movilidad reducida. Además, impacta en el funcionamiento del colegio, obligando a adaptar la logística diaria de comidas y materiales.
El colegio, que se presenta como un centro inclusivo, no garantiza las condiciones mínimas para sus estudiantes con discapacidades.
Falta de prioridad y denuncias políticas
La comunidad escolar denuncia la falta de atención del ayuntamiento y señala que otros colegios en Alicante enfrentan situaciones similares.
Rafa Mas, portavoz de Compromís, critica la falta de inversión en la educación pública especial y acusa al gobierno local de priorizar la educación privada y concertada. Mientras tanto, las promesas de reparaciones continúan sin cumplirse.
Fuente: El País