Cada vez más conscientes de la necesidad de combatir el cambio climático, las políticas de financiación sostenible emergen como un pilar fundamental para la descarbonización. Estas políticas no solo buscan mitigar los efectos del calentamiento global, sino también impulsar un crecimiento económico sostenible y equitativo.
La importancia de la financiación sostenible
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En los últimos años, hemos sido testigos de un crecimiento significativo en la financiación sostenible, tanto en deuda financiera como ecológica. Esta convergencia ha alcanzado un punto crítico, generando cambios profundos en el modelo económico actual. Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), la inversión necesaria para lograr una transición energética sostenible es monumental. Sin embargo, si se ejecuta correctamente, esta inversión no solo abordará la crisis climática, sino que también desencadenará un crecimiento económico significativo.
Transición energética
Las inversiones en energía limpia son cruciales para la transición energética. La AIE subraya que, además de estas inversiones, es vital mejorar el papel de la agricultura regenerativa. Este sector puede contribuir significativamente produciendo energía renovable a través de la metanización, la valorización de la biomasa, el desarrollo de la agrivoltaica y la captura de carbono en los suelos. Este enfoque se alinea con el concepto de “Una sola salud”, que enfatiza la interconexión entre la salud del medio ambiente, las plantas, los animales y los humanos.
Desafíos y oportunidades
La desglobalización y el aumento de las tasas de interés crean dispersión en el rendimiento de las empresas dentro del mismo sector o geografía. Sin embargo, las empresas que adopten prácticas sostenibles tendrán una ventaja competitiva crucial. Un informe reciente de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) confirmó que 2023 fue el año más cálido registrado, con una temperatura superficial global 1,45°C por encima de los niveles preindustriales. Este informe también destaca nuevos récords en los niveles de gases de efecto invernadero, temperaturas superficiales, temperaturas oceánicas, aumento del nivel del mar y deshielo.
La transición hacia un sistema económico más sostenible es imperativa. Las políticas de financiación sostenible no solo son una herramienta para combatir el cambio climático, sino también una estrategia para asegurar la competitividad y rentabilidad financiera a largo plazo.
Fuente: elespanol.com