
El Nobel de Medicina premia a Victor Ambros y Gary Ruvkun, por su descubrimiento del microARN Archivo: El solidario
Ambros y Ruvkun ganan el Nobel por descubrir el microARN, pero la omisión de Rosalind Lee reabre el debate sobre la invisibilidad femenina.
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El Premio Nobel de Medicina ha sido otorgado a Victor Ambros y Gary Ruvkun por su descubrimiento del microARN, una molécula clave en la regulación genética que influye en el desarrollo y funcionamiento celular. Este hallazgo, que comenzó con el estudio de gusanos diminutos, ha revolucionado nuestra comprensión de cómo se activan o desactivan los genes, y por qué, cuando fallan, pueden desencadenar graves enfermedades como el cáncer o la diabetes.
El papel de Rosalind Lee: la gran olvidada
A pesar del merecido reconocimiento a Ambros y Ruvkun, la comunidad científica no olvida a Rosalind Lee, una de las pioneras en el estudio del microARN. Aunque su trabajo fue fundamental en los primeros estudios con gusanos, su nombre ha sido ignorado en este galardón. “La inmensa mayoría de los premios han ido a parar a hombres blancos, en su mayoría de occidente«, señala un artículo en la revista Nature. Lee, cuyo nombre aparece en destacados artículos sobre el microARN, es una de las muchas científicas que quedan fuera del foco cuando llega el momento de los grandes premios.
La omisión de Lee subraya un problema más profundo: la falta de diversidad en los Nobel. Desde su creación, solo 12 mujeres han recibido el Nobel de Medicina, una cifra que representa menos del 6% del total. Esto plantea una cuestión urgente: ¿cómo es posible que tantas mujeres queden fuera de la conversación, cuando han contribuido de manera tan decisiva a la ciencia?

Diversidad en los Nobel: una deuda pendiente
El Premio Nobel es, sin duda, uno de los galardones más prestigiosos en el mundo de la ciencia. Sin embargo, también es uno de los menos diversos. De más de 960 premios entregados, solo 24 mujeres han sido galardonadas en las categorías de Física, Química y Medicina. Este hecho no solo refleja la invisibilización del trabajo femenino en la ciencia, sino también la necesidad de un cambio en cómo se reconocen las contribuciones científicas de las mujeres.
La situación de Rosalind Lee es solo un ejemplo más en una larga lista de mujeres que han sido relegadas a un segundo plano. Pero, ¿cómo podemos avanzar hacia un Nobel más inclusivo, que realmente refleje la diversidad de quienes impulsan el conocimiento?
Fuente: El Periódico