La reciente DANA que impactó a España dejó serias afectaciones tanto para las personas como para los animales en diversas zonas del país, especialmente en las más golpeadas como la Comunidad Valenciana, Andalucía y Cataluña. En regiones como Granada y Valencia, los animales sin hogar sufrieron de manera extrema, ya que las inundaciones y las bajas temperaturas los dejaron sin un lugar donde resguardarse. Muchos animales callejeros no lograron sobrevivir, ahogados en los torrentes o muertos por hipotermia, situación que deja en evidencia la falta de políticas de protección animal en emergencias climáticas.
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En Valencia, donde se esperan mejoras para la acogida de animales con la futura apertura de un segundo refugio municipal, las protectoras y centros de rescate están sobrepasados. La Fundación Refugio de Sueca ha estado a la vanguardia del rescate de estos animales, enfrentando ahora falta de espacio, daños en sus instalaciones y escasez de alimentos y recursos para cubrir la demanda. Organizaciones de protección animal y voluntarios apelan a la colaboración ciudadana y solicitan donaciones de alimentos y apoyo económico para restaurar sus instalaciones y ampliar su capacidad.
La DANA ha dejado en evidencia no solo la vulnerabilidad de los animales en situación de calle sino también la urgencia de protocolos inclusivos que ofrezcan protección y resguardo para todos los seres vivos. Es fundamental que en los planes de emergencia se contemplen medidas específicas para atender a los animales, que a menudo quedan relegados en situaciones de desastre. Sin estos protocolos, seres vivos vulnerables continuarán sufriendo en silencio en cada catástrofe climática.