La población de Andalucía sigue aumentando, pero a un costo preocupante: la escasa natalidad.
La región ha visto un crecimiento demográfico sostenido, principalmente impulsado por la llegada de extranjeros. Sin embargo, este crecimiento oculta una crisis demográfica: el descenso significativo en el número de nacimientos y el envejecimiento de la población.
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La inmigración impulsa el crecimiento demográfico
En el último año, la población andaluza creció un 0,29%, lo que equivale a 25.285 nuevos residentes. Este incremento se debe, en gran parte, a la llegada de inmigrantes.
La atracción de Andalucía para los inmigrantes es clara, especialmente en sectores como la hostelería y la construcción. Málaga, con su pujante sector turístico, se ha convertido en un destino preferente. Allí el 15% del empleo está ocupado por trabajadores extranjeros. Esta tendencia no es exclusiva de Málaga; en toda la región, la presencia de extranjeros en el mercado laboral ha crecido notablemente. Ese flujo compensa la disminución de la población autóctona.
Crisis de la natalidad y envejecimiento de la población
A pesar del aumento de la población, el descenso de la natalidad es alarmante. En el último año, el número de niños menores de 10 años en Andalucía ha disminuido significativamente. El grupo de 0 a 4 años ha caído un 2,6%, mientras que el de 5 a 9 años se redujo un 2,5%. Esta tendencia contrasta con el aumento de la población mayor, especialmente en los grupos de edad superiores a los 60 años.
El envejecimiento de la población y la baja natalidad son dos caras de la misma moneda. Con un aumento del 8,81% en la franja de edad de 80 a 84 años, Andalucía se enfrenta a una pirámide poblacional invertida. La base, representada por los niños, se estrecha, mientras que la cúspide, compuesta por personas mayores, se ensancha.
Necesidad de políticas progresistas para enfrentar la crisis
La caída de la natalidad en Andalucía está relacionada con factores socioeconómicos como la precariedad laboral y el encarecimiento de la vida. Sin políticas efectivas de apoyo a la familia y la inclusión social, la situación solo empeorará. Es urgente implementar medidas que faciliten la conciliación laboral y familiar, y que promuevan la igualdad de género en el cuidado de los hijos.
El modelo actual es insostenible. Andalucía necesita un cambio de rumbo que incluya políticas progresistas para fomentar la natalidad y garantizar un futuro equitativo para todas las personas, independientemente de su origen.
Fuente: The Objective