Un hombre condenado a 26 años de cárcel por múltiples agresiones sexuales a su sobrina menor de edad ha sido finalmente capturado.
Tras 16 años evadiendo la justicia, la Guardia Civil lo detuvo en Burjassot, Valencia. El condenado ha ingresado en la prisión de Picassent.
Una condena que nunca fue cumplida
El agresor, cuyo nombre no ha sido revelado, fue condenado en 2008 por haber agredido sexualmente a su sobrina menor de edad en Benitatxell, Alicante. Los hechos ocurrieron entre 1996 y 1999.
Durante el juicio, no se presentó, lo que permitió que escapara de la justicia durante más de una década. A pesar de que se emitió una orden ejecutoria firme de 26 años de prisión, el hombre logró desaparecer, protegido por una parte de su entorno familiar.
La captura tras años de búsqueda
La Guardia Civil, a través de su Unidad Central Operativa y con la colaboración de la Policía Judicial de Xábia, intensificó la búsqueda del agresor.
Después de seguir varias pistas en Alicante y Barcelona, las autoridades lo localizaron en Burjassot, Valencia. El arresto se produjo cuando el hombre se disponía a entrar en un bar, poniendo fin a su larga fuga.
La importancia de la justicia efectiva
Este caso pone en evidencia las fallas en el sistema judicial. También se manifiesta la necesidad de garantizar que las condenas se cumplan de manera efectiva. La captura del agresor es un pequeño triunfo para la justicia. No obstante, quedan en el aire preguntas sobre cómo pudo evitar durante tanto tiempo su castigo. También subraya la importancia de la protección a las víctimas; quienes deben vivir con el temor constante de que su agresor permanezca en libertad.
El ingreso en prisión de este hombre es un recordatorio de que, aunque la justicia pueda tardar, es esencial para la reparación del daño sufrido por las víctimas. La captura del agresor sexual marca un cierre parcial para un capítulo doloroso en la vida de su sobrina; quien fue víctima de su brutalidad durante años. Sin embargo, queda mucho por hacer para asegurar que casos como este no se repitan; y que todos los condenados por crímenes sexuales cumplan sus sentencias sin excepción.
Fuente: Público