
La Intersindical CSC apuesta por un sindicalismo transformador y arraigado en Catalunya / Toma upf.edu / El Solidario
Perelló defiende que los derechos sociales y los derechos nacionales están intrínsecamente ligados. Critica la centralización del Estado español en cuestiones laborales y aboga por una mayor autonomía catalana para establecer políticas adaptadas al coste de vida local, como un Salario Mínimo Interprofesional de 1.425 euros y una jornada laboral de 32 horas semanales.
Además, destaca la necesidad de fortalecer los mecanismos de inspección laboral, señala que Catalunya cuenta con aproximadamente 100 inspectores cuando serían necesarios al menos 700 para garantizar el cumplimiento de las normativas.
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Tras un periodo de fuerte expansión entre 2018 y 2019, la Intersindical-CSC ha entrado en una etapa de consolidación sindical en la que el crecimiento sindical sigue presente, aunque de forma más equilibrada y enfocada en la calidad organizativa.
Este impulso ha permitido estructurar el sindicato en distintas áreas como Industria, Servicios Públicos y Servicios Privados, y contar con una amplia red de representantes sindicales. Además, la reciente creación de una caja de resistencia fortalece su capacidad para afrontar conflictos laborales con mayores garantías. Con casi 7.000 afiliados, se sitúan como el quinto sindicato en representación en Catalunya.
Contrario a la percepción popular de que se trata de un sindicato centrado exclusivamente en el ámbito público, la afiliación de la Intersindical-CSC está bastante repartida entre los tres sectores clave. Destacan en sectores como el metal, la automoción y la banca.
Parte del crecimiento visible en la Administración Pública se debió a que en ese entorno hay menos temor a represalias, lo que facilitó su expansión. La consolidación también se ha traducido en una mayor capacidad para negociar convenios colectivos y representar a la clase trabajadora en escenarios complejos.
Desde la organización se alerta sobre una creciente desigualdad social derivada del avance de las políticas neoliberales y del debilitamiento de los derechos laborales. En Catalunya, la subida de precios ha superado con creces a la evolución de los salarios desde 2004.
Perelló insiste en que el sindicalismo debe ser un instrumento útil y con capacidad de movilización sindical. Frente a modelos que privilegian la concertación sin resultados reales, propone reforzar la acción directa y la creación de secciones sindicales fuertes. Su apuesta es por un sindicalismo transformador, arraigado al contexto social y político catalán.
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