Alfonsina 
La captura corporativa de la salud, cuando las empresas mandan. Toma de Shutterstock / El Solidario
El control de la salud pública por parte de grandes corporaciones es un problema creciente. Las decisiones que deberían proteger a la ciudadanía terminan favoreciendo a la industria alimentaria, tabacalera y farmacéutica, poniendo en riesgo la salud de millones de personas en todo el globo.
¿Qué es la captura corporativa?
Se trata del proceso mediante el cual las empresas influyen en las políticas públicas para priorizar sus intereses económicos sobre el bienestar social. Esto ocurre a través de puertas giratorias, financiamiento de estudios científicos sesgados y campañas de desinformación que minimizan los riesgos de sus productos.
Consecuencias en la salud pública
En España, un claro ejemplo es la manipulación de las políticas nutricionales. En donde estrategias como la NAOS (Estrategia para la nutrición, actividad física y prevención de la obesidad), una iniciativa de salud pública lanzada en 2005 por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), han promovido la autorregulación en lugar de medidas efectivas contra la obesidad.
A través de estas medidas avaladas por los gobiernos, empresas de bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados han logrado evitar regulaciones estrictas, afectando la salud de los consumidores.
Otra consecuencia es la influencia de la industria farmacéutica, que presiona para aprobar medicamentos con estudios financiados por sus propios laboratorios, generando conflictos de interés y poniendo en duda la seguridad de los tratamientos.
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Estrategias de manipulación
Las grandes corporaciones utilizan múltiples tácticas para consolidar su poder como:
- La financiación de estudios científicos para minimizar riesgos de sus productos.
- El cabildeo político para evitar regulaciones.
- La publicidad dirigida a menores para crear consumidores desde edades tempranas.
La historia nos ha demostrado que cuando la economía prima sobre la salud, los ciudadanos pagan el precio. Por ello, necesitamos gobiernos que no sean títeres de intereses privados. Es urgente exigir transparencia y regulaciones efectivas, evitando que la salud pública quede en manos de quienes buscan maximizar beneficios en lugar de proteger a la sociedad.
Fuentes: AESAN y Captura corporativa de la salud pública – RByD 2019 y El poder del consumidor.
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