El año 2024 ha estado marcado por una proliferación de desinformación que ha erosionado la confianza pública y ha puesto en jaque la integridad de nuestras democracias.
Desde los bulos surgidos tras la DANA en Valencia hasta los desafíos derivados de la democratización de la inteligencia artificial (IA), la propagación de información falsa ha tenido consecuencias profundas en la sociedad.
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Tras la DANA del 29 de octubre en Valencia, se difundieron numerosos bulos que generaron confusión y miedo entre la población. Rumores infundados sobre la potabilidad del agua o el funcionamiento de infraestructuras críticas sembraron el caos en momentos de crisis.
Esta desinformación no solo dificultó las labores de emergencia, sino que también debilitó la confianza de los ciudadanos en las instituciones y en los medios de comunicación.
La Inteligencia Artificial como creadora de bulos
La democratización de la IA ha facilitado la creación y difusión de contenido falso a una escala sin precedentes. Herramientas de generación de texto e imágenes permiten la producción de noticias falsas con una calidad que dificulta su detección.
Esta capacidad ha sido explotada para influir en procesos electorales y manipular la opinión pública, socavando los cimientos de la democracia.
La propagación de desinformación alimenta la desconfianza en la población, polariza a la sociedad y debilita el tejido democrático. La falta de confianza en las fuentes de información y en las instituciones dificulta la formación de consensos y la participación ciudadana informada.
Además, la saturación de información falsa puede llevar al escepticismo generalizado, donde incluso las verdades verificadas son cuestionadas.
En la buena información está el poder
Para contrarrestar estos efectos, es esencial promover la alfabetización mediática y digital, fortalecer la regulación sobre el uso de tecnologías de IA y fomentar la transparencia en la comunicación institucional.
Solo a través de un esfuerzo conjunto entre gobiernos, sociedad civil y sector tecnológico podremos mitigar el impacto de la desinformación y preservar la salud de nuestras democracias.
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