María Luisa Abarca Sánchez 
Imagen de ahorainformacion.es : El Solidario. En España, toneladas de alimentos se pierden o desperdician cada día.
En un mundo donde millones de personas pasan hambre, el desperdicio alimentario es una de las mayores contradicciones de nuestro tiempo. En España, toneladas de alimentos se pierden o desperdician cada día, no solo en los hogares, sino también antes de llegar a los estantes de los supermercados y después de salir de ellos.
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Desde los campos de cultivo hasta los vertederos, el desperdicio tiene múltiples rostros. En el ámbito agrícola, frutas y verduras son desechadas por no cumplir estándares estéticos impuestos por las grandes cadenas de distribución. Además, una logística deficiente y la falta de recursos para la conservación de productos frescos agravan la pérdida en las primeras etapas de la cadena.
El impacto del desperdicio es devastador
Por otro lado, en las tiendas y supermercados, muchos alimentos son descartados por fechas de caducidad estrictas o porque simplemente no logran venderse. A esto se suma el comportamiento en los hogares, donde una gestión ineficiente y compras impulsivas generan desperdicios innecesarios.
El impacto de este problema es devastador. Desde un enfoque social, desperdiciar alimentos es un atentado contra el derecho a la alimentación, especialmente en un contexto de crisis económica y pobreza creciente. Desde una perspectiva ambiental, contribuye al cambio climático, ya que los alimentos desechados generan emisiones de gases de efecto invernadero durante su descomposición.
Frente a esta problemática, iniciativas como bancos de alimentos, leyes contra el desperdicio y campañas de sensibilización intentan reducir el impacto. Sin embargo, el cambio también pasa por la ciudadanía, exigiendo políticas más estrictas y adoptando prácticas de consumo responsables, como la planificación de compras o el aprovechamiento de sobras.
El desperdicio alimentario no es solo un problema técnico, sino una cuestión ética que refleja cómo gestionamos los recursos esenciales para la vida. Cada alimento que se salva, es un paso hacia un mundo más justo y sostenible.
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