Un informe de la ONU destaca que la pobreza aumenta tres veces el riesgo de desarrollar trastornos mentales, como ansiedad y depresión, afectando a millones de personas en todo el mundo.
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Condiciones laborales precarias amplifican los problemas
El informe citado es «Economía del Burnout: Pobreza y Salud Mental», elaborado por Olivier De Schutter, relator especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Este informe analiza cómo las condiciones de pobreza, desigualdad y precariedad laboral incrementan significativamente los riesgos de desarrollar trastornos mentales como ansiedad y depresión a nivel global.
También aborda cómo la obsesión por el crecimiento económico perpetúa estas problemáticas, afectando especialmente a los trabajadores más vulnerables. Jornadas laborales extenuantes y horarios irregulares son factores clave que contribuyen al deterioro de la salud mental en contextos de desigualdad.
La inestabilidad laboral y la inseguridad financiera agravan los problemas de salud mental, especialmente en trabajadores de plataformas digitales y comunidades afectadas por desastres climáticos. La ONU enfatiza que un modelo económico más equitativo podría mitigar este panorama.
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