Menor denuncia a su padre abusador y la separan de su madre protectora: las fallas del sistema
Silvia María Vicente Moya 
Imagen: publico.es. El Solidario. Niña que sufre violencia vicaria y abusos sexuales.
Una niña de 14 años, separada de su madre tras denunciar abusos de su padre, vive un tormento psicológico en un piso tutelado donde ya ha intentado quitarse la vida.
Con apenas diez años, la vida de Marta (nombre ficticio) dio un giro desgarrador. Tras revelar los presuntos abusos que sufría por parte de su padre, no solo enfrentó el dolor de revivir su historia, sino que, paradójicamente, fue apartada de su madre, su principal apoyo. Ahora, dos años después, encerrada en un piso tutelado y con un historial de intentos de suicidio, su caso pone de manifiesto las grietas de un sistema que, en teoría, debería protegerla.
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La denuncia inicial de la madre fue respondida con una medida que parecía salida de un guion absurdo: un juez consideró que la madre, al intentar proteger a su hija, podría estar manipulándola emocionalmente. ¿La solución? Separarlas. Desde entonces, la menor ha vivido bajo la tutela de instituciones que, según su psicóloga, no han logrado ofrecerle el entorno seguro y afectuoso que necesita. Los informes psicológicos subrayan el deterioro emocional de la menor. Sin embargo, las autoridades no han modificado su decisión.
Una vez más, el falso SAP
Esta madre denunció a su expareja por presuntos abusos sexuales hacía su hija menor ante los asuntos sociales del ayuntamiento de su localidad, poniendo en conocimiento el maltrato y las agresiones recibidas por las dos hermanas menores.
No obstante, en vez de recibir ayuda, apoyo e investigar a conciencia estos abusos, las menores fueron separadas de su madre y llevadas bajo la titularidad de las instituciones sociales, invocando así al falso SAP (Síndrome de Alineación Parental), provocando a la mayor de las hermanas crisis de ansiedad y pensamientos suicidas.
Desde una sociedad que solo debería buscar la protección de los menores, tomar medidas cautelares, y castigar duramente la violencia de cualquier tipo, nos hacemos una pregunta…
¿Estamos realmente cuidando a nuestros niños o los estamos abandonando a su suerte?
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