
A 50 años de la muerte de Francisco Franco, España sigue lidiando con el impacto de su dictadura. Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, anunció su intención de emprender una campaña pedagógica en 2025 dirigida a las generaciones jóvenes, para contrarrestar la creciente proliferación de discursos que buscan blanquear el legado franquista.
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La derecha, liderada por figuras como Isabel Díaz Ayuso, continúa resistiéndose a iniciativas que buscan consolidar la memoria histórica, reabriendo un debate que pone en evidencia las profundas divisiones ideológicas del país.
En este polémico escenario, la derecha española utiliza el franquismo como un eje político para movilizar a su base, acusando al Gobierno de utilizar la memoria histórica como herramienta de división.
Oposición feroz de la derecha a la pedagogía
Ayuso, conocida por su retórica polémica, ha criticado cualquier esfuerzo para deslegitimar aspectos del pasado franquista, bajo el argumento de que se trata de “reabrir heridas”.
Sin embargo, estos discursos omiten que la falta de pedagogía histórica ha permitido la normalización de posiciones que justifican violaciones a los derechos humanos y minimizan las víctimas de la dictadura.
La Ley de Memoria Democrática, aprobada en 2022, busca justamente lo contrario: reconciliar al país con su pasado al reconocer oficialmente a las víctimas y eliminar símbolos que exaltan la dictadura.
No obstante, su implementación enfrenta una oposición feroz de sectores conservadores que, en lugar de promover el diálogo, refuerzan el negacionismo histórico.
El problema no es solo político, sino cultural. La falta de educación en las aulas sobre el franquismo ha dejado a generaciones jóvenes vulnerables ante discursos revisionistas, que presentan a Franco como un salvador frente al caos.
Sánchez tiene razón al centrar sus esfuerzos en las nuevas generaciones, ya que educarlas en los valores democráticos y en el reconocimiento de los derechos humanos es esencial para evitar que España retroceda en sus conquistas sociales.
El reto, sin embargo, no es solo gubernamental. ¿Estamos como sociedad dispuestos a enfrentarnos al pasado de manera crítica para garantizar un futuro más justo? La memoria histórica no debería ser un arma política, sino un puente hacia la reconciliación. La pregunta es: ¿permitiremos que los discursos fascistas definan nuevamente el horizonte de España? Te leemos en los comentarios.
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Para que no haya dudas:
— Isabel Díaz Ayuso (@IdiazAyuso) December 10, 2024
Pedro Sánchez ha enloquecido. Como su gobierno está en sus últimas horas, ha decidido quemar las calles y provocar violencia con grupos muy minoritarios, que últimamente salen justo cuando él lo pasa mal.
La Comunidad de Madrid, garante de la Transición,… pic.twitter.com/JUUUFJnsjj