Fausto 
Archivo/El Solidario. Salomé Pradas y Carlos Mazón.
Mientras cientos de familias de la Comunidad Valenciana aún luchan por recuperarse de los estragos de la DANA, la Fiscalía pone el foco en la actuación de la exconsellera Salomé Pradas.
El Ministerio Público ha solicitado a la jueza que investigue las interrupciones en la coordinación del Cecopi (Centro de Coordinación Operativa Integrada), ordenadas supuestamente por Pradas durante la emergencia. Un escándalo que pone en evidencia cómo la gestión política irresponsable puede agravar una tragedia natural.
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En un país que ha normalizado la impunidad política, el caso de las pausas en el Cecopi durante la DANA en la Comunidad Valenciana representa un nuevo y vergonzoso capítulo. No hablamos de errores administrativos, sino de decisiones políticas que pudieron haber comprometido vidas. Las lluvias torrenciales fueron inevitables.
Lo que no lo era, y sí profundamente indignante, fue el desmantelamiento temporal de los mecanismos de emergencia, justo cuando más se necesitaban.
La Fiscalía ha sido clara: aunque no considera que deba imputarse a los técnicos y responsables operativos, sí urge investigar las órdenes de interrupción de la coordinación emitidas desde lo más alto del anterior Gobierno valenciano, liderado por el PP. En concreto, por la entonces consellera de Justicia, Salomé Pradas, quien al parecer priorizó la estrategia política a la seguridad ciudadana.
Esta situación no es aislada. Es parte de una lógica neoliberal que trata las catástrofes como oportunidades mediáticas o estorbos presupuestarios, según convenga. En lugar de fortalecer el sistema de emergencias, se opta por el cálculo electoral o el desgaste institucional. En vez de asumir responsabilidades, se mira hacia otro lado.
La ciudadanía no puede aceptar que quienes ocupan cargos públicos actúen con total impunidad en momentos de crisis. Las víctimas de la DANA no merecen un relato oficial que minimice los hechos. Merecen verdad, justicia y garantías de que nunca más la desidia política agravará una tragedia natural.
Lo que mata no es la lluvia. Lo que mata es el poder usado sin conciencia.
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