
Archivo: el solidario dando voz a los que no la tienen
Un viaje de esperanza que culmina en una deportación inhumana desde Estados Unidos.
La historia de Gurpreet es el reflejo de la crisis humanitaria que enfrentan miles de migrantes en su intento por buscar una vida digna. Originario del estado de Punjab, India, Gurpreet emprendió un viaje de más de 15,000 kilómetros, atravesando más de diez países latinoamericanos, desde Brasil hasta México, con el objetivo de llegar a Estados Unidos.
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Durante su travesía, tuvo que sortear innumerables peligros: cárteles de la droga, tráfico de personas, condiciones climáticas extremas y la constante amenaza de ser detenido. Uno de los tramos más mortales fue el Tapón del Darién, la densa selva que separa Colombia de Panamá y que se ha convertido en una de las rutas más transitadas por los migrantes, pero también una de las más letales.
Tras meses de penurias y extorsiones, logró llegar a la frontera sur de EE.UU., donde fue arrestado por agentes de inmigración. A pesar de solicitar asilo, su petición fue denegada sin una revisión profunda de su caso y fue deportado en condiciones infrahumanas: encadenado de pies y manos en un avión de regreso a la India.
Denuncias por trato inhumano y violaciones de derechos humanos
Diversas organizaciones progresistas como Amnesty International y la ACLU (American Civil Liberties Union) han denunciado que los procesos de detención y deportación en Estados Unidos vulneran los derechos humanos. La práctica de encadenar a los deportados ha sido calificada como degradante e innecesaria, recordando métodos propios de otras épocas.
Además, grupos como Human Rights Watch han advertido sobre la criminalización de la migración, en lugar de abordar las causas estructurales que obligan a miles de personas a huir de sus países.
Una política migratoria que necesita cambios urgentes
El caso de Gurpreet no es único, sino una muestra de cómo la falta de políticas humanitarias ha convertido la migración en un calvario. En lugar de invertir en mecanismos de protección y regularización, los gobiernos continúan promoviendo la militarización de las fronteras y el trato indigno a los migrantes.
Es fundamental que la comunidad internacional trabaje por un cambio en las políticas migratorias, priorizando los derechos humanos y el acceso a un asilo justo. La historia de Gurpreet es un recordatorio de que la migración no es un crimen, sino una consecuencia de la desigualdad global que sigue sin resolverse.
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