La Fiscalía ha solicitado la prórroga de la prisión provisional para Yassine Kanjaa, detenido por el ataque yihadista en dos iglesias de Algeciras el 25 de enero de 2023, que resultó en la muerte del sacristán Diego Valencia y heridas graves al sacerdote Antonio Rodríguez Lucena.
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La Audiencia Nacional evaluará la solicitud el próximo miércoles, mientras que la defensa busca su liberación provisional.
Kanjaa, de nacionalidad marroquí y en prisión desde su detención, sigue siendo investigado por asesinato terrorista, intento de asesinato y lesiones. El ataque, realizado con un machete, fue precedido de un proceso de radicalización. En su detención, se le diagnosticó un cuadro psicótico, pero no se consideró que anulará totalmente sus capacidades para delinquir.
El ataque de Algeciras ha encendido alarmas sobre la amenaza yihadista en España y su relación con otros incidentes similares en Europa. La investigación apunta a que Kanjaa había incrementado su actividad en redes sociales, promoviendo ideas radicales.
Además, su ataque, que se dirigió específicamente contra un templo cristiano, se suma a una serie de incidentes en los que se ha detectado una clara intención de atacar a personas y lugares asociados con el cristianismo, como parte de una estrategia más amplia del extremismo islámico.
Proceso de radicalización
Durante su proceso de radicalización, Kanjaa adoptó las tesis más extremistas del islam, defendiendo la eliminación de otras religiones y la de los musulmanes que no siguen los preceptos de su religión.
Este proceso culminó en el ataque a dos iglesias católicas en Algeciras el 25 de enero de 2023, donde atacó con machete a un sacerdote y un sacristán, con la intención de causarles la muerte y aterrorizar a la comunidad.
A pesar de presentar un cuadro psicótico grave, que incluye delirios de probable filiación esquizofrénica, el Ministerio Público ha señalado que Kanjaa no tenía anuladas sus capacidades intelectivas y volitivas en el momento del ataque.
Durante su trayecto por Algeciras, Kanjaa recorrió varias calles con el machete, hasta ser detenido por la Policía Local tras dejar el arma en el suelo y arrodillarse en el Mirador del Muro.
La Audiencia Nacional decidirá en el juicio oral si Kanjaa es imputable debido a sus padecimientos psíquicos. La Fiscalía recalca que, aunque el diagnóstico de psicopatología afecta sus capacidades, no exime de la calificación de sus acciones como terrorismo.
Este caso subraya la creciente preocupación por la radicalización en Europa, especialmente cuando afecta a individuos que cometen actos violentos en nombre de creencias extremistas.
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