En Mallorca, los temporeros de la empresa agrícola Terracor, propiedad del secretario general de Vox en Baleares, Toni Gili, enfrentan condiciones de trabajo indignantes.
Jornadas laborales de hasta 17 horas, salarios de miseria y alojamientos precarios son la realidad diaria para estos trabajadores. A pesar de la normativa vigente, la empresa ha creado un entorno de explotación que refleja la desigualdad estructural en el sector agrícola.
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La realidad de los temporeros: Explotación y desesperanza
Atrapados en condiciones inhumanas, estos temporeros no tienen otra opción que aceptar lo que se les ofrece.
“Me da vergüenza contarle a mi familia cómo vivimos aquí”, dice uno de los afectados. Su salario apenas supera los 6 euros por hora. Las jornadas de trabajo alcanzan con frecuencia las 12 horas, sin pago adicional por horas extra.
La vivienda proporcionada por la empresa a estos trabajadores es deplorable. Casas prefabricadas y campamentos improvisados sin condiciones mínimas de habitabilidad e higiene son el hogar de estos trabajadores migrantes.
Pese a que pagan 80 euros al mes por este alojamiento, el agua no es potable y las instalaciones están deterioradas. La empresa, sin embargo, se embolsa 2.240 euros mensuales por estas condiciones indignas. Las acciones muestran un desprecio absoluto por la dignidad humana.
Racismo y exclusión en el corazón de la agricultura
El caso de Terracor no es solo una historia de explotación laboral; sino también un reflejo del racismo y la exclusión en la sociedad española. Los trabajadores migrantes, muchos de ellos de Colombia y Senegal, se ven obligados a aceptar condiciones que ningún trabajador local toleraría. Esta situación evidencia la vulnerabilidad de los migrantes. Estos empleados a menudo carecen de redes de apoyo y enfrentan barreras lingüísticas y legales.
Es urgente que las autoridades intervengan para poner fin a estas prácticas abusivas. La Inspección de Trabajo debe actuar con rapidez para garantizar que se respeten los derechos de estos trabajadores. Además, es necesario un cambio profundo en la legislación laboral para proteger a los trabajadores más vulnerables. Es fundamental asegurar que todos, independientemente de su origen, reciban un trato digno.
Lucha por la justicia laboral
La situación de los temporeros en Terracor es un llamado a la acción para todos aquellos que creen en la justicia social. No podemos permitir que en pleno siglo XXI, personas trabajen y vivan en condiciones tan precarias. Es hora de exigir un cambio real, que garantice los derechos y la dignidad de todos los trabajadores.
Fuente: elDiario.es