En el corazón de Andalucía, la resistencia se ha encendido. Durante más de un mes, los habitantes del sur de Granada han alzado sus voces contra los megaproyectos de energías renovables que les amenazan. La plataforma ‘Di no a las torres’ ha liderado una serie de manifestaciones, tractoradas y concentraciones para denunciar la destrucción del paisaje, la biodiversidad y la economía local.
Alteración del paisaje y efectos en la ganadería
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Los manifestantes argumentan que estos proyectos, como el parque eólico Llanos del Cuquillo, no solo alterarán el paisaje con turbinas de más de 200 metros de altura, sino que también afectarán negativamente a la ganadería, la agricultura y el turismo rural. “No podemos permitir que unas pocas empresas controlen el mercado energético a costa de nuestra tierra”, proclamaba el manifiesto leído en la Plaza del Ayuntamiento de Baza.
Impacto en la comunidad local
La protesta ha contado con el apoyo de diversas localidades afectadas, incluyendo Freila, Zújar, Huéscar y Caniles. La alcaldesa de Caniles y la asociación Agrasana también se han unido a la causa, subrayando la importancia de un modelo de transición energética respetuoso y democrático.
El futuro de la energía en Andalucía
El proyecto del parque eólico Llanos del Cuquillo es solo una pieza de un rompecabezas más grande que incluye seis parques eólicos adicionales y una planta solar fotovoltaica en la región. La línea de alta tensión 400 Caparacena-Baza-La Ribina, una ‘autopista energética’ de 400kV, será el conducto principal para evacuar y transportar la energía producida.