
Memorial de las trece rosas, en memoria de las mujeres asesinadas por la dictadura franquista. Toma de dr_zoidberg / El Solidario
Medio siglo después de la muerte de Francisco Franco, la democracia española sigue enfrentándose a los resabios del franquismo. Las estructuras de poder que sobrevivieron a la Transición y la irrupción de la ultraderecha han demostrado que el legado autoritario no es cosa del pasado. Como lo refleja Paul Preston, historiador experto en la Guerra Civil Española y el franquismo:
“La gran tragedia de España es que la dictadura franquista no solo causó muerte y sufrimiento, sino que dejó un legado de impunidad que aún persiste en sus estructuras políticas y judiciales.”
Instituciones con huellas del pasado
El franquismo no desapareció con la muerte del dictador en 1975, sino que se reconfiguró dentro del sistema democrático. Un ejemplo de ello es el ámbito de la justicia, donde jueces y fiscales formados en el régimen continuaron en sus cargos, perpetuando una estructura con vínculos conservadores. Además, la impunidad de los crímenes de la dictadura persiste y las víctimas siguen exigiendo verdad, justicia y reparación.
La ultraderecha y la nostalgia autoritaria
La aparición de partidos de ultraderecha que reivindican abiertamente el franquismo demuestra que el relato del régimen sigue vigente en ciertos sectores. Discursos de odio, ataques a los derechos conquistados y revisionismo histórico han calado en una parte de la sociedad, promoviendo un preocupante retroceso. Tal como expone el historiador, especializado en memoria histórica y regímenes autoritarios, Enzo Traverso:
«El pasado nunca desaparece por completo; permanece en la memoria colectiva, transformado en relatos que pueden justificar o cuestionar el presente.»
La batalla por la memoria histórica
A pesar de los avances, como la Ley de Memoria Democrática, la resistencia de sectores conservadores y la falta de voluntad política han ralentizado la reparación histórica. Exhumaciones paralizadas, monumentos franquistas aún en pie y la negación de la represión son síntomas de un pasado terrible que se resiste a desaparecer.
El rescate de la memoria como reivindicación
La historia ha demostrado que los derechos se pueden perder si no se defienden. La lucha por la memoria histórica no es solo un acto de justicia, sino una garantía para que España no vuelva a caer en la sombra del autoritarismo y reivindiquemos el valor de la democracia.
Fuentes: Asociación Foro por la Memoria Democrática, Enzo Traverso: El pasado, instrucciones de uso. Historia, memoria, política, Dr_zoidberg.