
Manifestantes por la defensa de una vivienda digna. Foto: EM
Una familia en un piso de protección oficial, tras manifestarse el 13-O, vivió horas de angustia ante un desahucio programado por la Comunidad de Madrid, que rechazó sus informes de vulnerabilidad. A pesar de la movilización de vecinos y activistas, lograron una prórroga de dos semanas, pero sin una solución definitiva a la vista. Este caso es un reflejo del creciente malestar social ante la falta de medidas efectivas por parte de las administraciones públicas.
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Inacción institucional y presión social en el epicentro de la lucha por la vivienda
El pasado 13 de octubre, miles de personas tomaron las calles de Madrid para exigir una vivienda digna y denunciar el aumento desmedido de los alquileres. Sin embargo, mientras las manifestaciones seguían su curso, algunas familias se enfrentaban a la amenaza inmediata del desalojo, evidenciando la gravedad de la crisis habitacional.
Un sistema fallido: la vivienda pública en el centro del conflicto
Los activistas denuncian que la Ley de Vivienda y las moratorias actuales no ofrecen garantías reales para frenar estos lanzamientos. La especulación inmobiliaria y la incapacidad de las instituciones para proteger a las familias más vulnerables continúan agravando la situación.
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Fuente: as.com