España reabre la caza del lobo ibérico tras cuatro años de protección total, pese al rechazo científico
Moreno Sanlés Alberto 
MuyInteresante/ElSolidario: A pesar de las mejoras legales, los expertos coinciden en que la situación del lobo nunca ha sido verdaderamente favorable
La caza del lobo ibérico vuelve a estar permitida en España. Cuatro años después de que se prohibiera su persecución al ser incluido en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE), una enmienda introducida por el Partido Popular durante la tramitación de la nueva Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario ha modificado su estatus de protección al norte del Duero, donde habita la mayor parte de la población de esta especie.
El argumento: reducir los ataques al ganado y, con ello, minimizar el desperdicio de carne destinada al consumo.
Un depredador con historia de persecución
Considerado durante décadas una alimaña, el lobo ibérico fue exterminado masivamente en el siglo XX. “El lobo podía ser perseguido cualquier día y con cualquier método”, recuerda Luis Suárez, coordinador de conservación de WWF España. Su número cayó en picado hasta rozar la extinción en los años 50.
La narrativa comenzó a cambiar en los años 70 gracias al naturalista Félix Rodríguez de la Fuente, quien denunció su situación y promovió su conservación como parte del patrimonio natural español. La Directiva Hábitats de la UE (1992) reforzó esa protección, aunque diferenciando entre la población al norte del Duero, donde se permitían controles poblacionales, y la del sur, mucho más escasa y vulnerable, que debía gozar de protección estricta.
A pesar de las mejoras legales, los expertos coinciden en que la situación del lobo nunca ha sido verdaderamente favorable. Su expansión geográfica desde el año 2000 ha sido modesta, y se ha detenido prácticamente desde 2014, cuando el último censo oficial contabilizó 299 manadas.
WWF defiende la inversión en medidas preventivas: mastines, pastores o compensaciones económicas rápidas. “La caza no solo es ineficaz, sino que agrava los problemas que se quieren evitar”, concluye Suárez.
El regreso de la caza libre del lobo ibérico puede convertirse, para muchos expertos, en el principio del fin de una historia de recuperación que costó décadas de esfuerzo. Mientras el Gobierno defiende esta vuelta atrás como una medida pragmática, la ciencia y la conservación insisten: la protección del lobo no es el problema, sino parte de la solución.
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