
Archivo/ELSOLIDARIO. Un grupo de estudiantes a la entrada de su instituto.
El Sindicato de Estudiantes de Castilla y León ha denunciado una agresión de carácter fascista en un centro educativo de Palencia. Víctor Martínez, portavoz general del sindicato, fue objeto de insultos como «rojo de mierda» y amenazas del tipo «te la estás ganando» por parte de dos compañeros de clase.
Lo alarmante es que estos hechos ocurrieron en presencia del profesor, quien no intervino para detener la agresión.
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Según el relato de Martínez, además de los insultos, se le informó que «hay gente pidiendo información de dónde vives y pagan 10 euros por ella», lo que agrava la situación al implicar una posible persecución fuera del ámbito escolar.
Este ataque se enmarca dentro de un contexto de creciente hostilidad hacia los estudiantes que se identifican con posturas políticas de izquierda. A lo largo de los últimos meses, se han registrado otros incidentes similares en la región, que reflejan una preocupante tendencia de violencia en los entornos educativos.
Medidas contundentes contra la agresión fascista
El Sindicato de Estudiantes ha exigido la expulsión inmediata de los dos agresores fascistas y una sanción severa para el profesor que permitió la agresión. El sindicato subraya que la violencia y el acoso de los ultraderechistas no logrará intimidarlos, sino que redoblan su lucha contra el fascismo, la exaltación del franquismo en los centros educativos, la violencia machista y en defensa de los derechos democráticos de la juventud.
Además de los insultos y amenazas verbales, el estudiante ha manifestado su preocupación por la posible escalada de violencia, ya que las amenazas de represalias fuera del ámbito escolar apuntan a un riesgo mayor. La denuncia ante la Policía se suma a las acciones tomadas por el sindicato, que ha instado a que este tipo de agresiones sean erradicadas de los centros educativos de la región.
Reacción del centro
Isabel Llauger, portavoz institucional de La Salle a nivel estatal, ha condenado enérgicamente cualquier comportamiento xenófobo y se ha mostrado a disposición de las autoridades policiales y judiciales. Asegura que, como medida preventiva, se ha tomado la decisión de que los implicados no coincidan en el aula durante el horario escolar.
Este hecho resalta una alarmante realidad: los estudiantes que defienden posturas progresistas están siendo objeto de agresiones físicas y verbales. Las autoridades educativas y políticas deben movilizarse para garantizar que estos comportamientos no queden impunes, para preservar la libertad de expresión y la convivencia pacífica dentro de los centros educativos. La inacción ante estos actos de violencia podría tener consecuencias aún más graves, poniendo en peligro la integridad de los estudiantes y la democracia misma.
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