Sheila Ibañez 
El convento, propiedad del Ayuntamiento de Azpeitia, fue cedido parcialmente al Gobierno vasco para que llevara a cabo un proyecto de vivienda ‘dotacionales’. Archivo: El Solidario
El Gobierno Vasco ha convertido un antiguo convento en Azpeitia en apartamentos para jóvenes.
Esta transformación busca ofrecer oportunidades de emancipación.
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El convento, anteriormente hogar de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, fue fundado en 1881. Con el tiempo, los ingresos de novicias disminuyeron, y el vasto espacio quedó en desuso.
Un nuevo comienzo en un convento
Ahora, el convento se llenará de vida nuevamente, albergando a jóvenes menores de 36 años. Estos apartamentos de una y dos habitaciones permitirán a los jóvenes iniciar sus proyectos de vida en emancipación.
El Ayuntamiento de Azpeitia cedió el convento al Gobierno Vasco para un proyecto de vivienda ‘dotacional’. Estos pisos se asignarán bajo ciertas condiciones y con un periodo de ocupación máximo de cinco años.
Características de los apartamentos
El antiguo convento albergará 48 apartamentos, que van de 26 a 60 metros cuadrados. Los alquileres oscilarán entre 150 y 420 euros, nunca superando el 30% de los ingresos de los residentes.
Para optar a vivir en estos apartamentos, los solicitantes no deben superar los 42.315 euros de ingresos anuales por unidad convivencial. Además, al menos uno de los miembros debe estar empadronado en Azpeitia o en la comarca de Urola-Kosta.
Este proyecto es el primero de su tipo en la región. El Gobierno Vasco busca aprovechar infraestructuras en desuso, transformándolas en soluciones habitacionales asequibles.
Planes futuros
El éxito de este proyecto podría replicarse en otros municipios. En Arrasate-Mondragón y Eibar, se planean proyectos similares en edificios históricos como la Casa de los Sindicatos y los antiguos juzgados.
Vivir en un antiguo convento junto a la Basílica de Loiola ofrece una alternativa única y asequible. Esta iniciativa demuestra cómo los espacios históricos pueden revitalizarse para el beneficio de la comunidad.
El proyecto en Azpeitia es un ejemplo de cómo las políticas progresistas pueden abordar la crisis de vivienda. Aprovechar infraestructuras existentes es una solución sostenible y efectiva.
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