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Imagen: rtve.es. El Solidario. Imagen de dos ballenas y un delfín en Tonga.
En el Día Mundial de las Ballenas, celebrado este 16 de febrero de 2025, expertos y organizaciones medioambientales alertan sobre las principales amenazas que ponen en peligro la vida de estos majestuosos cetáceos: la contaminación, la pesca y el tráfico marítimo.
Estas actividades humanas no solo afectan la salud y el bienestar de las ballenas, sino que también comprometen la biodiversidad marina en su conjunto.
La contaminación de los océanos, especialmente por plásticos, ha demostrado ser letal para las ballenas.
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Según datos recientes, el 2% de las muertes de cetáceos varados en los últimos 25 años en Canarias se atribuyen a la ingesta de plásticos.
Estos desechos pueden causar obstrucciones intestinales, infecciones y, en última instancia, la muerte de los animales.
Además, la contaminación química, derivada de derrames de petróleo y desechos industriales, deteriora la calidad del agua y afecta la cadena alimentaria de las ballenas.
A pesar de la moratoria internacional sobre la caza comercial de ballenas establecida en 1986, países como Japón, Rusia, Noruega e Islandia continúan practicando la caza de estos mamíferos marinos.
Amenazas a la biodiversidad marina
Gorka Ocio, observador científico, señala que, además, en las islas Feroe (Dinamarca), cientos de cetáceos son sacrificados anualmente en eventos tradicionales. Estas prácticas reducen las poblaciones de ballenas y dificultan su recuperación.
El tráfico marítimo intensivo es otra amenaza significativa. Un estudio publicado en la revista Science revela que el 92% del hábitat de las ballenas coincide con rutas de tráfico marítimo, pero menos del 7% de las zonas de alto riesgo de colisión cuentan con medidas de protección.
Las colisiones con embarcaciones, especialmente con grandes portacontenedores, resultan en lesiones fatales para las ballenas.
Además, el ruido submarino generado por el tráfico marítimo interfiere en la comunicación y orientación de estos animales, afectando su comportamiento y patrones migratorios.
En el marco del Día Mundial de las Ballenas, establecido en 1980 por el activista Greg Kauffman para proteger a las ballenas jorobadas de Maui, se hace un llamado a la acción global para salvaguardar a estos gigantes del océano.
Salvar la vida marina
Las propuestas incluyen la reducción de la velocidad de las embarcaciones y la modificación de rutas de ferris en áreas de alta densidad de cetáceos, así como la implementación de santuarios marinos donde las ballenas puedan vivir sin amenazas humanas.
La creación de santuarios, aunque desafiante y costosa, ofrece una alternativa viable para las orcas y otras especies en cautiverio, permitiéndoles una vida más cercana a su entorno natural.
La comunidad científica y las organizaciones conservacionistas enfatizan la necesidad de políticas internacionales más estrictas y la colaboración entre naciones para reducir la contaminación marina, regular el tráfico marítimo y poner fin a la caza de ballenas.
Solo a través de esfuerzos conjuntos y medidas concretas se podrá garantizar la supervivencia de estos emblemáticos habitantes de nuestros océanos.
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