El mercado energético vuelve a estar bajo presión debido al riesgo de un incremento en el precio del gas, situación que genera preocupación en consumidores y empresas. Factores como la inestabilidad en el suministro global, el impacto de las tensiones geopolíticas y el incremento de la demanda invernal están alimentando estas amenazas.
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En Europa, la dependencia de las importaciones de gas sigue siendo alta, mientras los esfuerzos por diversificar las fuentes de energía avanzan lentamente. Las reservas almacenadas, aunque suficientes para enfrentar el invierno, no garantizan estabilidad ante una posible interrupción prolongada en el suministro. Además, la transición hacia energías renovables enfrenta retos en infraestructura y velocidad de implementación.
Preocupación e incertidumbre
Las reservas de gas en la Unión Europea han caído un 19% desde septiembre, situándose en el 75% a mediados de diciembre, frente al 90% del año anterior. Este descenso acelerado recuerda a 2021, cuando Rusia interrumpió su suministro previo a la invasión de Ucrania. Los países más afectados incluyen los Países Bajos (-33%), Francia (-28%) y Alemania (-15%). Este panorama refleja la presión sobre el suministro energético en Europa y las diferencias entre los países en la gestión de sus reservas.
El impacto de esta incertidumbre ya se deja sentir en los mercados, con precios mayoristas que podrían trasladarse a los consumidores finales en forma de facturas más altas. Sectores industriales dependientes de esta energía, como la manufactura y la química, enfrentan mayores costos operativos, amenazando la competitividad y el empleo.
La Comisión Europea y los gobiernos nacionales evalúan estrategias para mitigar los efectos, desde subsidios hasta la regulación temporal de precios. Sin embargo, los analistas advierten que medidas reactivas no solucionarán las causas estructurales del problema.
Amenazas de EE.UU y países del Golfo
El mercado de gas en la UE enfrenta tensiones por las amenazas de Donald Trump, quien exige mayores compras de petróleo y gas de EE. UU., advirtiendo con imponer aranceles. Actualmente, EE. UU. es el principal proveedor de gas natural licuado (GNL) de la UE, representando el 47% de las importaciones en el primer trimestre de 2024. Estas presiones agravan el nerviosismo en el mercado europeo de gas TTF, ya afectado por caídas en las reservas y fluctuaciones en el suministro.
Qatar, el segundo mayor proveedor de gas natural licuado (GNL) de la UE, ha amenazado con suspender sus exportaciones si se aplica la nueva Directiva europea sobre emisiones de carbono y derechos laborales. Según el Ministro de Energía catarí, Saad al-Kaabi, cualquier sanción de la UE contra empresas por incumplimiento de estas normativas podría resultar en el fin de los envíos de GNL desde Qatar. La legislación incluye multas de hasta el 5% de los ingresos globales de las empresas que no cumplan.
La Unión Europea importó 82,7 millones de toneladas de gas natural licuado (GNL) en 2024, casi la mitad proveniente de Estados Unidos, seguido por 14,9 millones de toneladas de Rusia. Según S&P Global Commodity Insights, los precios de GNL en Europa se han mantenido volátiles debido a la incertidumbre en el suministro. Este panorama refleja la alta dependencia de la UE en mercados internacionales, especialmente en un contexto de tensiones geopolíticas y normativas.
Ante este panorama, los países deben acelerar las inversiones en energía sostenible y fortalecer la resiliencia del sistema energético europeo. La dependencia de combustibles fósiles no solo expone a la economía a riesgos financieros, sino que también retrasa el cumplimiento de objetivos climáticos fundamentales.
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