Julio de 2024 ha sido registrado como el segundo mes más caliente a nivel mundial, con una temperatura media de 16.91°C, solo 0.04°C por debajo del récord establecido en julio de 2023.
Este aumento de temperatura es un claro indicativo del cambio climático y sus efectos devastadores en nuestro planet.
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Según el Servicio de Cambio Climático de Copernicus, la temperatura media global en julio de 2024 fue 0.68°C superior al promedio de 1991-2020.
Además, se registraron los dos días más calurosos de la historia, con temperaturas medias globales de 17.16°C y 17.15°C el 22 y 23 de julio, respectivamente.
Nefastas consecuencias del calor extremo
El calor extremo ha tenido un impacto devastador en la salud pública, la agricultura y la biodiversidad. En varias regiones, las olas de calor han provocado un aumento en las hospitalizaciones y muertes relacionadas con el calor.
La agricultura también ha sufrido, con cultivos marchitos y pérdidas económicas significativas. Además, la fauna y flora están en riesgo, con especies luchando por adaptarse a las temperaturas extremas.
El aumento de las temperaturas globales es una consecuencia directa del cambio climático impulsado por las emisiones de gases de efecto invernadero.
La temperatura media global de los últimos 12 meses (agosto 2023 – julio 2024) fue 1.64°C superior al promedio preindustrial de 1850-1900.
Este incremento no solo afecta a la atmósfera, sino también a los océanos, con temperaturas superficiales del mar alcanzando niveles récord.
La implacable huella del cambio climático
Es imperativo que tomemos medidas inmediatas para mitigar los efectos del cambio climático. La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y la adopción de energías renovables son pasos cruciales para proteger nuestro planeta.
Además, es esencial promover la conservación del medio ambiente y la protección de los animales, quienes también sufren las consecuencias del calentamiento global.
Más conciencia ambiental
La situación actual es una llamada de atención para todos nosotros. Debemos actuar ahora para asegurar un futuro sostenible para las próximas generaciones.
Cada pequeño esfuerzo cuenta, desde reducir nuestro consumo de energía hasta apoyar políticas ambientales. Juntos, podemos marcar la diferencia y preservar nuestro planeta para los seres humanos y los animales.