El resultado fue apoyado por partidos de la coalición ultraderechista del primer ministro Benjamín Netanyahu y otros grupos de la oposición. La decisión se aprobó con 68 votos a favor y 9 en contra.
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Argumentos de seguridad y estabilidad
La Knéset (órgano legislativo) afirma que un Estado palestino al oeste de Jordania representa un peligro existencial para Israel. Según el texto, este Estado perpetuaría el conflicto palestino-israelí y desestabilizaría la región. La resolución también argumenta que promover un Estado palestino sería una recompensa al terrorismo, alentando a Hamás y sus partidarios.
Perspectiva internacional
La resolución fue inicialmente propuesta por el partido derechista Nueva Esperanza, una escisión del Likud de Netanyahu. El líder del partido, Guideon Saar, indicó que la iniciativa expresa la oposición general del pueblo israelí a un Estado palestino. Argumenta también que este pondría en peligro la seguridad y el futuro de Israel. Saar añadió que esta es una señal a la comunidad internacional de que presionar a Israel para aceptar un Estado palestino es inútil.
En febrero la Knéset aprobó otra resolución similar, propuesta por Netanyahu. Esta rechazaba el establecimiento unilateral de un Estado palestino; en respuesta a la intención de varios países de reconocer a Palestina. España, Irlanda y Noruega han reconocido recientemente al Estado palestino; mientras que el nuevo gobierno laborista del Reino Unido ha indicado que lo hará próximamente.
Reacciones palestinas
Nabil Abu Rudeineh, portavoz de la Presidencia de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), afirmó que sin un Estado palestino con Jerusalén Este como capital; no habrá paz ni seguridad para nadie. Los palestinos reclaman Jerusalén Este, ocupada y anexionada por Israel, como la capital de su futuro Estado. Este reparto corresponde a acuerdos internacionales que establecieron las fronteras en 1967.
Por su parte, el secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Husein Al Sheij, declaró que la resolución confirma el racismo del Estado ocupante; y su desprecio por el derecho internacional. Hamás, el grupo islamista con sede en Gaza, consideró que se trata de una decisión inválida emitida por una parte ocupante sin legitimidad en tierra palestina.
Fuente: elDiario.es