El síntoma de una crisis laboral
El burnout, o síndrome del trabajador quemado, no se soluciona con simples pausas. Aunque las vacaciones ofrecen un alivio momentáneo, el retorno a la rutina muchas veces trae de vuelta el agotamiento. Un estudio del Journal of Occupational Health revela que los beneficios de las vacaciones se disipan rápidamente, con una notable disminución de la efectividad entre dos y cuatro semanas después del regreso al trabajo.
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¿Cómo combatir el agotamiento laboral?
Este fenómeno, que la OMS clasifica como un problema laboral y no una enfermedad mental, refleja una falla estructural en el entorno de trabajo. Cada año, el estrés laboral y la ansiedad contribuyen a la pérdida de 12.000 millones de días de trabajo, un claro indicativo de un problema sistémico.
Es crucial abordar el burnout desde su raíz: las condiciones laborales. Las soluciones deben ir más allá de las vacaciones y enfocarse en transformar el entorno de trabajo, como:
- La implementación de rutinas de recuperación;
- La mejora de las condiciones laborales;
- Creación de espacios de trabajo saludables.
Las vacaciones deben ser vistas como una parte de una estrategia más amplia, que incluya cambios significativos en el sistema laboral para asegurar el bienestar continuo de los trabajadores.
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