Las Fuerzas de Apoyo Rápido en Sudán recurren a la violencia sexual como herramienta brutal para deshumanizar, controlar y someter a mujeres y niñas indefensas.
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La brutalidad de la guerra civil en Sudán ha alcanzado un nuevo nivel de barbarie con el uso sistemático de la violencia sexual por parte de las Fuerzas de Apoyo Rápido. Desde abril de 2023, estas milicias han empleado la violación como una herramienta de terror y sometimiento, dirigida principalmente contra mujeres y niñas. En la capital, Jartum, y en las áreas rurales bajo su control, estas atrocidades son cometidas con una impunidad escalofriante, a menudo sin dejar rastro documentado. “La situación de las mujeres y las niñas en Sudán se deteriora cada día”, lamenta Sulaima Ishaq, directora de la Unidad de Lucha contra la Violencia contra la Mujer.
Jartum: El infierno para las mujeres
En Jartum, Omdurman y Bahri, epicentros del conflicto, la violencia sexual se ha convertido en una herramienta para destruir vidas. Un informe de Human Rights Watch revela 262 casos documentados entre abril de 2023 y febrero de 2024. Las víctimas, que van desde niñas de nueve años hasta mujeres ancianas, sufren violaciones en grupo perpetradas por miembros de las Fuerzas de Apoyo Rápido. Muchas de estas mujeres, en su desesperación, han sido forzadas a matrimonios infantiles para evitar futuras agresiones. “El uso de la violencia sexual como arma contra las mujeres es sistemático”, denuncia un abogado de derechos humanos.
El terror se extiende al campo
En las zonas rurales, la situación es igual de aterradora. En regiones como Jazira y Darfur, los paramilitares usan la violencia sexual para vaciar aldeas y mantener el control. La falta de acceso a atención médica y la dispersión de la población dificultan aún más la denuncia de estos crímenes. En Darfur, la situación es crítica, con niñas y mujeres vendidas en mercados de esclavos y sometidas a violaciones sistemáticas, un eco de los horrores del genocidio pasado. “Las Fuerzas de Apoyo Rápido no tienen piedad; su misión es deshumanizar y destruir”, señala Hala Al-Karib, directora regional de la Iniciativa Estratégica para las Mujeres en el Cuerno de África.
La inacción internacional ante estas atrocidades es inaceptable. La comunidad global no puede seguir ignorando el sufrimiento de las mujeres sudanesas, atrapadas en un ciclo de violencia y terror. Es imperativo que las organizaciones internacionales intervengan y que se ofrezca ayuda inmediata a las víctimas.
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Fuente: El País.