
Europapress/El Solidario. , España ha mantenido un silencio cómplice respecto a las violaciones de derechos humanos perpetradas por el régimen de Francisco Franco.
La estrategia política que normaliza el horror
Mientras miles de familias siguen buscando a sus desaparecidos en las cunetas, figuras del Partido Popular como Aguirre elogian un régimen responsable de ejecuciones, torturas y represión. Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), denuncia la desvergüenza con la que se banaliza el dolor de las víctimas. Mientras en países como Alemania, estas declaraciones tendrían consecuencias judiciales inmediatas.
Aguirre no está sola. Desde Mayor Oreja hasta Rafael Hernando, miembros del PP han intentado reescribir la historia para legitimar una dictadura que reprimió libertades durante décadas. Esta tendencia no solo perpetúa el olvido, sino que erosiona los valores democráticos y permite que discursos autoritarios ganen espacio en la esfera pública.
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Cuando la historia se tergiversa, la democracia tambalea
Silva señala la falta de contundencia de la Ley de Memoria Democrática, que debería impedir la impunidad de estos discursos. Mientras en otros países se protege activamente la memoria de las víctimas, en España sigue siendo legal elogiar a un dictador.
Decir que la dictadura fue mejor que la República no es una opinión, es una ofensa a las víctimas y una amenaza al futuro. Quien no defiende la memoria, está allanando el camino a la injusticia.
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