Moreno Sanlés Alberto 
Greenpeace/ElSolidario: La Casa Blanca va a revocar el estatus de exención fiscal a destacadas ONG ecologistas, acusándolas de recibir financiación extranjera
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ataca contra las organizaciones ecologistas. Trump, tanto en su anterior legislatura como en su campaña electoral, ha mostrado su apoyo a las empresas petroleras, un sector con gran influencia en el país. Estos factores han dado lugar a unas políticas que ignoran por completo la agenda climática global.
La empresa financiara, Bloomberg, ha declarado tener acceso a fuentes que aseguran que los altos funcionarios de la Casa Blanca están preparando órdenes ejecutivas para retirar las exenciones fiscales a organizaciones sin ánimo de lucro vinculadas al activismo medioambiental.
Esta estrategia es una pieza más del Project 2025, el plan definitivo del trumpismo diseñado por la influyente Heritage Foundation, consistente en convertir el país en una oligarquía al servicio de los grandes patrimonios y multinacionales. Y este no es el primer paso, el plan de ruta de Trump ya ha alcanzado importantes logros: EE.UU. ha sido retirado de los Acuerdos de París, la industria fósil ha sido reactivada, y ahora se disponen a despojar de influencia y financiación a aquellos que no acatan sus designios.
El ataque contra toda la oposición
La Casa Blanca va a revocar el estatus de exención fiscal a destacadas ONG ecologistas, acusándolas de recibir financiación extranjera. Esto afectaría a organizaciones como Code Pink, la Liga de Votantes por la Conservación o el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales.
Estas medidas también apuntan a las universidades: Harvard, Columbia y Princeton han sido señaladas por su oposición al Project 2025. Trump ha ordenado evaluar si estas instituciones pueden ser clasificadas como entidades políticas, lo que les privaría de importantes ventajas fiscales.
Esta presión ideológica no se queda en EE. UU. El equipo económico de la Casa Blanca, tiene como próximo objetivo presionar a la Unión Europea para desmontar su normativa ESG (Environment, Social and Governance).
El país norteamericano continúa favoreciendo a las grandes multinacionales a través de estrategias predatorias que buscan acabar con cualquier oposición por pequeña que sea. El resultado de alimentar a la maquinaria del consumismo solo puede ser uno: el fin definitivo de los recursos naturales.
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